Opinión: La última moda en críticas


Preparaos para la nueva era de la sinrazón.

Como por desgracia estamos bastante más que acostumbrados los habituales de cierto erizo, las críticas absurdas están cada vez más a la orden del día. Juegos enteros vapuleados por tener algún bug (en muchos casos imaginario), infancias destruidas por un simple rediseño de personajes, o directamente remarcar como negativo algo que lleva en la franquicia desde hace décadas. El despliegue de disparates es muy amplio, y de sobra nos es a todos ya conocido.

Sin embargo, esto está ya pasado de moda. Se sigue y se seguirá haciendo, pero el último grito en lanzamiento de heces virtuales ya está entre nosotros, y provoca más vergüenza ajena que nunca. Lo increíble aquí es que de momento Sonic parece estar librándose de ello, algo raro porque el erizo siempre ha sido pionero a la hora de recibir palos, pero tranquilos porque es solo cuestión de tiempo que nos toque abrir el paraguas frente a esta nueva tormenta de ciber-estiércol.

Dicha nueva moda ha sido esta vez importada de otros medios como el cine o la series, donde ya llevan algún tiempo sufriéndola, y de momento suele cebarse con títulos con renombre que logran llamar la atención por el motivo que sea. O dicho de otra forma, lo que yo afectuosamente llamo “el GOTY de la semana”. Si, esta es otra moda actual a la que por desgracia ya estamos acostumbrados, el juego de turno que levanta polvareda durante un par de semanas para después desaparecer sin dejar rastro, sin importar los años que se le lleve esperando.

Y casi mejor así, pues por triste que sea, es preferible que un juego pase desapercibido y en un par de semanas se olviden de él, que sufrir su vapuleo público durante años o incluso décadas, véase por ejemplo la continua campaña de acoso y derribo contra Sonic Forces que ya llevamos sufriendo casi dos años (y los que nos quedan…).

*Inserte teoría conspiranoica absurda aquí*

¿Pero en qué consiste esta nueva moda a la hora de criticar? Pues directamente en inventarse disparates a cada cual más grande, y a ser posible lo más alejado de la realidad posible e incluso del propio juego en sí. Buscarle doscientos pies al gato para ver cosas que no existen, como presunta defensa o ataque de causas sociales, apologías de tal o cual asunto político de turno, o directamente acusar a la compañía desarrolladora de hacer cosas malvadas sin la menor prueba de que esto pueda ser así.

A mí ya me ha tocado vivirlo de cerca con cierto juego de lucha que, por suerte o por desgracia, ha llamado demasiado la atención en los últimos tiempos, contemplando como diferentes facciones acusan al juego de esto o aquello, en más de un caso tratándose de cosas totalmente opuestas. Viendo como cada uno intenta arrimar el ascua a su sardina para adherir al popular título a su causa, sea justa o injusta. Si hay que acusar al juego de cosas que lleva haciendo desde hace casi 30 años, pues se hace. O criticarle por X cosa cuando al mismo tiempo se le está pidiendo Y, por mucho que Y sea la causa directa de X. ¿Hipocresía? Si, esta nueva moda trae mucho de eso.

¿Pero cómo podría traducirse esto a Sonic para que os hagáis una idea de en qué consiste y así saberlo reconocer cuando aparezca? Pues es muy sencillo, imaginaos que al próximo Sonic grande de pronto se le empieza a criticar por cosas como que Amy corra menos que Sonic, porque esa es una actitud machista y tal. Mientras que al mismo tiempo otra facción acusa al juego de poco menos que estar programado por “feminazis”, ya que a Tails lo dobla una mujer.

Siguiendo con esta línea, a Eggman se le acusaría de maltrato animal, o de hacer apología del imperialismo capitalista, o de dar mala imagen de la comunidad científica, o tal vez la asociación mundial de calvos se sintiese muy ofendida por el hecho de que se presente a los calvos como malvados villanos. Raro es que no se haya acusado ya a los juegos de Sonic por “fomentar la ludopatía” con tanto casino y tragaperras en sus juegos, o por incitar a la gente a saltarse el límite de velocidad cuando van conduciendo con tanto “gotta go fast”.

Terribles imágenes de Sonic violando las normas de tráfico.

No importa lo absurdo que resulte, lo que cuenta es arrimar el juego hacia la causa de turno, la que sea, y emplear la fama del juego para llamar la atención sobre dicha causa por ridícula que sea. Y lo peor es que esto hace daño a la imagen del propio juego, y más en una industria donde hace falta muy poca chispa para que explote el barril de pólvora. Todos sabemos bien que una vez se echa a rodar la bola de nieve del odio, no tarda en llegar la avalancha de bilis.

¿El resultado? Llamadas al boicot del juego, acoso, insultos, y amenazas a los desarrolladores, o persecución en manadas de todo aquel que trate de poner un poco de razón en el asunto, o de todo fan de dicho juego que no entienda a cuento de qué viene tanto disparate. Cosas que pueden hacer mucho daño, especialmente con títulos que no sean de ventas masivas, sino que simplemente hayan tenido la desgracia de llamar la atención.

Por suerte los medios parece que aún son más o menos reticentes a dar eco a este tipo de disparates, sin embargo ya sabemos todos que el clickbait manda hoy en día, y es solo cuestión de tiempo que decidan alimentar a estas hordas de odio absurdo con carnaza de primera. Ya hemos tenido algunos casos bastante sonados, y en unos años es probable que se convierta en nuestro día a día.

¿Suena exagerado? ¿Creéis que Sonic nunca se verá envuelto en estas cosas? Pues ya hemos tenido más de un amago, y si hay algo que el erizo atraiga como un imán es el odio absurdo en las redes. Ahora os puede parecer muy loco que esto ocurra, pero como ya ha pasado con tantas otras cosas, luego es posible que más de uno tenga que venir a darme la razón con el clásico “quién lo iba a decir”.

Rápido, esconded esto antes de que lo vea alguien…

Sinceramente espero equivocarme y que esto no vaya a más, pero la experiencia ya me ha enseñado a que cuando estas cosas pueden ir a peor, van a peor. Y para colmo parece que cada vez que se cruza la frontera del odio absurdo es en dirección a cruzar más fronteras, de modo que tal vez dentro de 10 años esto esté ya más que implantado y toque hablar de nuevas modas que dejen pequeña a esta.

Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.