Opinión: Un regreso en miniatura.


Ahora si podemos decirlo, Sega ha vuelto a fabricar consolas.

Si, vale, no es una Dreamcast 2, de hecho ni siquiera es una nueva consola. No es algo llamado a competir con PS5, ni tampoco busca un nuevo tipo de mercado como la Intellivision Amico. Pero por primera vez desde la caída de Dreamcast, Sega está fabricando consolas. Y lo está haciendo solita, sin Tec Toy, sin Majesco, sin Radica, y sin AtGames. ¿Se quedará solo en esto? ¿O será un primer paso hacia otras cosas?

Sea como sea, Mega Drive/Genesis Mini ya está aquí. Bueno, aquí en Europa no, pero lo estará en unos días. En el resto del mundo ya se puede comprar en las tiendas, y de momento parece que la acogida está siendo realmente buena. Si, es algo de Sega, por descontado que no iba a estar exento de críticas y polémicas tengan base o no. Pero de momento no parece haber nada grave, y está pequeña consola se aventura hacia mar abierto con viento en popa a toda vela.

En Europa todavía tendremos que esperar un poquito más…

Pase lo que pase, es sorprendente la forma en la que toda Sega se ha volcado en ella. Y cuando digo “toda Sega”, digo de veras toda Sega, incluso sus antiguos empleados que, aunque no hayan participado directamente, se sienten parte de todo esto y se han mostrado bastante ilusionados. Al fin y al cabo cada uno puso su pequeño granito de arena para sacar adelante la consola original, así que algo de ellos va también con esta reedición en miniatura.

Es difícil mantener los ojos secos viendo al Sonic Team original posando junto a la “Mega Torre”, incluido Yuji Naka, quien se ha mostrado varias veces deseoso de hacerse con una Genesis Mini para enseñarles Sonic 1 a sus hijos. Aquel espíritu que hizo grande a Sega sigue ahí tantos años después, y aunque puede que Mega Drive Mini no sea la forma ideal de volver al negocio, ha sido más que suficiente para volver a despertar aquellas pasiones.

El Sonic Team original reunido otra vez.

Si, las cosas nunca serán como entonces. Es más probable que nos visite una raza alienígena de imitadores de Elvis, que el que Sega vuelva a trabajar en exclusiva con sus máquinas y a competir con las demás compañías. Pero lo cierto es que no hace falta, con saber que toda una nueva generación de jugadores podrá disfrutar de Mega Drive, es más que suficiente. Además de ser algo muy necesario para ayudar a conservar la historia de la compañía y evitar que acabe enterrada bajo los insultos y desprecios de la habitual piara de haters.

Sega ya dijo que si esto funcionaba se plantearían hacer lo mismo con otras de sus consolas, algo muy necesario para que sistemas como Saturn o Dreamcast tengan una segunda oportunidad de darse a conocer, o de que no se pierdan los orígenes de la compañía con Master System y SG-1000. Tampoco estaría mal que Sega se animase a probar suerte con las “mini-portátiles” y veamos una reedición de Game Gear, algo muy necesario teniendo en cuenta que el paso del tiempo ha hecho mella implacablemente sobre este hardware.

Dentro del “Mega CD Mini” viene una foto de la placa original con Sonic CD.

Mega Drive está justo en el centro, dos sistemas por delante y otros dos por detrás. Y no podrían haber escogido mejor punto de partida, pues allí nació cierto erizo sin el cual ni siquiera estaríais leyendo esto ahora mismo. Que si, que es una pena que no hayan metido algunos juegos como Sonic 3 & Knuckles (os garantizo que yo soy el primero en lamentar eso), pero al menos se ha logrado superar todo lo visto hasta ahora en materia de mini-consolas, y eso tiene un mérito importante.

Otra fuente de queja son los presuntos problemas de emulación, y digo presuntos porque parecen existir dos revisiones distintas de la consola, y los primeros que pudieron probarla lo hicieron precisamente con la versión que estaba más verde. Aun así dichos problemas no eran nada grave, y de hecho aun con ellos ya iba mejor que el reciente Mega Drive Classics.

¿De dónde ha salido esto?

Cuando por fin se deje caer por aquí tendréis un análisis detallado sobre ella, y a ver si de paso para entonces se ha resuelto ya el misterio de por qué está escondida la ROM de Mortal Kombat 2 en la versión occidental de la consola (junto con la de Sword of Vermillion), misterio que me toca personalmente de forma especial y sobre el que pienso seguir indagando.

¿Y vosotros? ¿Tenéis ya vuestra Mega Drive/Genesis Mini? Si, puede que haya otras formas de jugar a estos juegos, pero con ellas no estaremos apoyando el que Sega siga sacando consolas así. ¿Queréis una Saturn Mini? ¿Una Dreamcast Mini quizá? Apoyad Mega Drive Mini en la medida de lo posible y estaréis poniendo vuestro granito de arena para que eso suceda.

Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.

Opinión: Sega no es solo Sonic (Comix Zone y The Ooze)


Dos grandes del Sega Technical Institute.

Retomamos nuestro repaso a otros grandes clásicos de Sega que no son Sonic con dos títulos que, sin embargo, deberían resultar muy familiares a todo buen fan del erizo. Primero porque fueron desarrollados por el Sega Technical Institute, equipo estrechamente relacionado con la franquicia que trabajó en juegos como Sonic 2 o Sonic Spinball. Y segundo por la inclusión de ambos juegos como extra en Sonic Mega Collection. Eso si, solamente en la versión japonesa de Game Cube y en Sonic Mega Collection Plus para PS2, Xbox, y PC.

Ambos títulos salieron al mercado prácticamente a la vez, con meses, e incluso días de diferencia dependiendo de la región. Y los dos destacaron por su apuesta por la innovación, hasta el punto de que si hubiesen salido hoy en día habrían sido igualmente calificados de propuestas originales. Es difícil encontrar juegos remotamente parecidos, lo que tiene su mérito en una industria tan trilladísima como esta.

En el caso de The Ooze la inspiración es clara, las películas de monstruos clásicas como La Cosa, donde una criatura siembra el caos mientras un grupo de infelices humanos trata de detenerla a toda costa. Sin embargo aquí el villano no es el monstruo, sino la malvada corporación que ha convertido a uno de sus más brillantes científicos en una especie de moco radioactivo en busca de venganza. Si, esto se acerca ya a algo más propio del cómic, siendo otro punto más de unión entre ambos títulos.

¿En qué otro juego puedes salir flotando del retrete?

Pero lo más sorprendente de The Ooze no es su original propuesta, sino su alucinante apartado técnico. A los ojos del jugador, simplemente manejamos una especie de moco que se desliza por el escenario mientras lo observamos todo desde arriba. Pero las físicas que se esconden detrás del peculiar desplazamiento del protagonista son dignas de estudio por parte de cualquiera que quiera dedicarse a hacer juegos, pues son todo un portento técnico.

Y lo mejor de todo es que es divertido, ponerse en el papel del monstruo y sembrar la destrucción es algo que no podemos hacer todos los días. Aunque es conveniente advertir que ambos juegos tienen otra cosa en común, y es un nivel de dificultad bastante alto. Llegar a perpetrar la venganza de este peculiar “vengador tóxico” será toda una proeza, y más todavía si pretendemos que el protagonista recobre su forma humana, pues para ello deberemos encontrar todos los fragmentos de ADN escondidos en los niveles.

Comix Zone también ofrece dos finales diferentes, el bueno y el malo. Eso si es que somos capaces de llegar hasta Mortus, el villano del cómic creado por Sketch Turner, el protagonista de esta aventura en papel. Si, porque este juego que prácticamente es un cómic interactivo, nos propone ayudar al pobre Sketch a escapar de sus propias creaciones, después de que este quedase atrapado entre sus páginas durante una tormentosa noche.

La versión PAL de Comix Zone en castellano.

En este caso nos encontraremos con una jugabilidad algo más tradicional dentro del género del beat’em up, o al menos eso nos parecerá al principio, pues pronto nos daremos cuenta de que es mucho más. Aquí no solo basta con machacar enemigos a golpes (con un amplio abanico de movimientos, por cierto), también será necesario usar la cabeza para resolver puzles y situaciones comprometidas, así como explorar las fases en busca de útiles objetos ocultos.

No hay segundas oportunidades, si morimos, se acabó el juego. Esto convierte a la barra de salud de Sketch en el elemento más importante a tener en cuenta, ya que cada golpe que demos o recibamos, pasará factura en dicha barra. Si, podemos echar abajo a golpes un montón de cajas que nos bloquea el paso, pero al hacerlo perderemos salud, por lo que buscar alguna forma alternativa de hacerlo será crucial si queremos llegar a completar siquiera la primera fase.

En ambos juegos nos acompañará la genial música de Howard Drossin, y podremos disfrutar de algunos samples de voz y efectos de sonido que sacan buen provecho de la consola. Es bastante probable que todo el apartado sonoro os recuerde poderosamente a Sonic Spinball, juego con el que también comparten una extraña obsesión por los residuos tóxicos y los escenarios de estética oscura y decadente.

Ojo a la curiosa portada japonesa de The Ooze.

Es evidente que el en el Sega Technical Institute tenían bien claro cuál era su estilo, y que no tenían la menor intención de ponerle las cosas fáciles al jugador. Lamentablemente tras el lanzamiento de estos dos juegos, el STI quedó relegado a labores de colaboración con los equipos de desarrollo japoneses (incluyendo el malogrado Sonic X-Treme), por lo que no volvimos a poder disfrutar de su particular forma personal de entender los juegos (al menos no en Sega).

Además de en el mencionado Sonic Mega Collection, Comix Zone ha sido reeditado numerosas veces en diferentes recopilatorios de Mega Drive. También está entre los escogidos para la gloria en Mega Drive Mini, y hasta contó con una conversión para Game Boy Advance en el año 2002. Dicha conversión no está tan pulida como el original, pero definitivamente es mucho mejor que el resto de conversiones de Mega Drive que salieron para GBA en aquella época (cosa no muy difícil).

Curiosamente The Ooze no ha corrido la misma suerte, ya que no ha vuelto a ser reeditado desde Sonic Mega Collection. Ni siquiera estuvo disponible para la Consola Virtual de Wii, algo cuanto menos chocante, ya que es el único de los cuatro juegos extras incluidos en Sonic Mega Collection que no ha vuelto a aparecer (los otros dos son Flicky y Ristar). No se sabe a ciencia cierta qué es lo que ocurre con este título, pero habrían sido de agradecer más reediciones, ya que el original de Mega Drive no es precisamente fácil de conseguir.

Conversión mejorable, pero al menos no es otro “Sonic Genesis”…

Dos juegos muy recomendables que no sería de extrañar que tengáis en la estantería (en Sonic Mega Collection) y que no os haya dado por probarlos, o que los jugaseis un poco en su momento y os rindieseis antes su dificultad. Tal vez sea un buen momento para darles otra oportunidad, pues con paciencia se consigue todo. Eso si, recordad que de Comix Zone existen dos versiones en castellano: La edición PAL de Mega Drive (que no se suele incluir en reediciones por problemas con los 50 hercios), y la conversión a Game Boy Advance.

Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.