Opinión: Generando dudas
La generación que no
genera expectación
Ya la tenemos aquí, las nuevas máquinas han sido mostradas y
sus cartas están sobre la mesa. Sin embargo, la mezcla de incertidumbre sobre
su futuro, y la ambigüedad con las que Microsoft y Sony las han presentado,
generan demasiadas dudas a una gran parte de los usuarios, los cuales en muchos
casos ya han optado por tomarse con calma este cambio generacional para ver
cómo evoluciona la cosa.
De las dos propuestas quizá la más inquietante fue la
primera, la de Microsoft. Pues nos ofrecen dos consolas bien distintas entre
sí, mientras se nos asegura que los mismos juegos correrán en ambas.
Básicamente tendremos desde el lanzamiento un modelo básico, y uno “pro”, con
nada menos que 200 euros/dólares de diferencia entre una y otra.
No obstante, las diferencias técnicas se centran en
cuestiones de rendimiento y alta definición, algo habitual en estos casos. Pero
la diferencia que sin duda ha sido más foco de atención, es la completa
ausencia de un lector de discos en el modelo económico. Con semejante
diferencia de precio es fácil temer que buena parte de los usuarios vaya a
optar por el modelo económico, especialmente el llamado “público casual”, que
ya todos sabemos que suele ser el de mayor tamaño de todos los grupos de
usuarios.
Esto se dejó sentir como un torpedo directo a la línea de
flotación del formato físico, quedando por ver si Sony haría lo mismo con PS5. Por
suerte la diferencia entre ambos modelos de la máquina de Sony se redujo a la
mitad, pero aun así puede ser más que suficiente como para que muchos usuarios
opten por adquirir el modelo digital.
Xbox Series X y Xbox Series S. |
¿Sobrevivirá el formato físico a esta generación? Eso es
algo que solo el tiempo dirá. Pero la lista de dudas sobre las nuevas máquinas
va mucho más allá. Se nos empezó diciendo que este iba a ser el mayor cambio
generacional de la historia, al menos de labios de Sony. Algo frente a lo que
muchos tuvimos que soltar cuanto menos una carcajada de escepticismo. Pero es
que, al margen de lo evidente, nos siguen tratando de vender la moto del
raytracing y el SSD como si fuesen lo único y él no va más.
Ni siquiera cuando pasamos de la cinta de casete al cartucho
se nos vino vendiendo la ausencia de tiempos de carga como algo revolucionario,
y eso que entonces fue un cambio mucho más apreciable. Simplemente se trataba
de un salto técnico más en el que no merecía la pena hacer hincapié, pues las
diferencias entre generaciones por aquel entonces eran tremendamente evidentes.
No hacía falta acudir a eso para venderte una nueva
generación, ni siquiera hacía falta que nos explicasen nada. Bastaba con que
viésemos los nuevos juegos para que quisiéramos más “bits”, “megas”, o lo que
fuese que nos estuviesen vendiendo. Ahora en cambio parece ser lo único,
incluyendo sesudas y soporíferas charlas técnicas para que hagamos un “please
understand”.
El tema del raytracing es incluso más sangrante, ya que
básicamente nos vienen vendiendo que un mero efecto visual va a ser la mayor
revolución de la historia del videojuego. Un efecto visual que no es
precisamente nuevo, pero que hasta ahora se evitaba usar por la monstruosa
cantidad de recursos que necesitaba para ser ejecutado. ¿Para esto hacen falta
tantos teraflops? ¿Para que veamos nuestro personaje reflejado en los charcos
del suelo?
¿Digital o físico? |
Preparaos para una generación donde se va a abusar de los
efectos de iluminación, pues con algo tienen que justificar el invento. Baste
con ver cómo han tratado de vendernos la nueva versión de Devil May Cry 5, a
base de “la iluminación lo es todo”. ¿Os imagináis si cuando salieron SNES y
PlayStation sus respectivas compañías hubiesen centrado toda su atención en la
generación de transparencias por hardware? En eso y nada más. Habría sido
cuanto menos ridículo, y más en un efecto que ya se podía conseguir por otras
vías que no consumían tantos recursos.
Hasta ahora confiábamos en que detrás de toda esta especie
de venta ambulante de rayos de luz hubiese unos juegos capaces de vendernos por
sí solos las nuevas máquinas, pero lo que estamos viendo es todo lo contrario. Muchos
de los títulos que se habían anunciado como “next gen only” no lo son, y verán
también la luz (nunca mejor dicho) en sistemas actuales, probablemente con un
“downgrade” equivalente al que tenemos cuando se portea un juego de PS4/One a
Switch.
Además se sabe que algunos títulos que solo correrán en las
nuevas consolas nacieron como juegos multiplataforma, o fueron creados inicialmente
en base a los sistemas actuales. Por ejemplo tenemos el caso de Resident Evil
8, del que cierto insider con una enorme tendencia a acertar nos dijo que
existen versiones para PS4 y One que Capcom simplemente ha escondido bajo la
alfombra.
Algo parecido ocurre con Gran Turismo 7, el cual se sabe que
se ha construido literalmente sobre Gran Turismo Sport. De ahí que en su
tráiler de presentación apenas hubiese diferencia con la actual entrega,
notándose incluso los mismos fallos gráficos. Además, Gran Turismo Sport ya
utilizaba un sistema de iluminación similar al famoso raytracing, con el precio
a pagar de tener que perder los cambios de iluminación dinámicos en tiempo real
que tenían las entregas anteriores para PS3.
Parece que las actuales consolas todavía tienen mucho que decir. |
Para colmo ni siquiera en los pocos juegos que realmente son de nueva generación apreciamos un salto drástico, al menos de momento. Pero es que es ahora cuando tienen que sorprendernos y hacernos desear una de estas nuevas consolas, cosa que no parecen comprender, o que simplemente no son capaces de conseguir.
Todo esto con unos precios ciertamente elevados que se
excusan en que haya habido consolas más caras en el pasado, pero ante los que
no hay que olvidar que estamos en plena crisis mundial. ¿Cuántos serán capaces
de afrontar los 500 euros/dólares del modelo de lujo? ¿Cuántos preferirán el
modelo económico a costa de perder el formato físico? ¿Cuántos apostarán por
seguir estirando la actual generación?
Sin embargo y a pesar de todo este trasfondo, las reservas
del lanzamiento de PS5 se agotaron en apenas 6 minutos en Reino Unido. Claro,
que habrá que preguntarse cuántas de esas consolas serán para usuarios, o para
especular con ellas ante la próxima llegada de las Navidades. Si queréis que Santa
Claus os deje una PS5 bajo el árbol, es muy posible que tengáis que
sobrealimentar la cuenta del banco de algún avispado de Ebay.
Naturalmente es de esperar que todos estos problemas se
vayan reduciendo conforme avance la nueva generación, a medida que se ajusten
los precios y la distribución de unidades, así como vayan llegando más juegos.
¿Pero cuánto tiempo estaremos así? ¿Un año? ¿Dos? Puede que dentro de cinco
años estemos hablando maravillas de esta generación, mientras nadamos en
cientos de juegazos. Pero a día de hoy lo único que se ve es incertidumbre y
desconfianza, incluso por parte de las propias compañías.
Ojalá Sonic R-aytracing. Can you feel the Sunshine? |
Todo esto puede dar pie a un cambio generacional lento y muy
bacheado, un camino complicado que tal vez podamos sortear si nos esperamos un
par de años a dar el salto, mientras de paso vemos cómo progresa el asunto. Y
para llenar el hueco durante este periodo, podemos seguir con las actuales
consolas explorando sus nutridos catálogos, o darnos una vueltecita por el
mundo del PC.
Dejemos espacio al optimismo y a que esta nueva generación
logre grandes cosas de aquí a unos años, pero a día de hoy es mejor actuar con
cautela, pues este cambio generacional cada vez se parece más al proceso de
saltar a una piscina en la que no sabemos si hay agua o no. Si, puede que el
día de mañana esté a rebosar de agua, pero si nos lanzamos a ciegas ahora,
puede que nos demos de bruces contra la dura realidad.
Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.