Opinión: La curvatura del polígono
¿Habrá un salto
importante en la próxima generación?
Casi sin darnos cuenta tenemos ya enfrente a la nueva
generación de consolas, algo que por muy pecero que se sea, todos sabemos que
afectará de forma importante a toda la industria del videojuego. Sin embargo,
las imágenes de sus primeros juegos no parecen haber dejado a nadie
boquiabierto, o al menos no como lo hicieron otros cambios generacionales en el
pasado. De hecho no somos pocos los que nos preguntamos: “¿En serio no puede
mover esto mi actual consola?”
Cierto es que desde siempre ha ocurrido que los primeros
títulos de una nueva generación han estado muy lejos de exprimir todo el
potencial que serían capaces de ofrecer las nuevas máquinas, pero siempre había
un mínimo de impacto inicial, algo que hemos ido viendo reducirse generación
tras generación en las últimas décadas.
Ya pasó algo parecido cuando llegó la actual generación,
cuando incluso desarrolladores de renombre como Kazunori Yamauchi (creador de
Gran Turismo) nos advertían de que a partir de ese momento los cambios
generacionales ya no serían tan grandes. De hecho ha sido el propio Gran
Turismo 7 quien ha protagonizado cierta polémica tras ser mostrado durante la
presentación de PlayStation 5, por su gran similitud con sus predecesores de
anteriores generaciones.
¿Gran Turismo 7 de PS5? Nope, Gran Turismo 6 de PS3. |
Es curioso cómo esta nueva generación de consolas nos ha
tenido que ser presentada con toda clase de datos técnicos sobre el hardware,
como si fuese necesario explicarnos que realmente sí habrá un salto, aunque a
primera vista no lo veamos. Esto induce a creer que ni las propias compañías
confían en que las imágenes mostradas nos causen tanto impacto como en
generaciones anteriores.
Términos como el popular “raytracing” aparecen hasta en la
sopa, una especie de panacea técnica que hará los juegos mucho más realistas,
pero que en la práctica no es más que una mejora visual que concierne a los
efectos de iluminación. De hecho no es algo ni mucho menos nuevo, pero hasta
ahora no se utilizaba porque no compensaba la monstruosa cantidad de recursos
que consumía.
¿Para esto se va a emplear el nuevo potencial? ¿Solo para
ofrecer unos efectos de iluminación algo mejores? Es de esperar que no, pero
las compañías siguen haciendo hincapié en ello como si fuese algo
verdaderamente importante. Algo que también ocurre con los nuevos discos duros
SSD, de los cuales se dice que harán casi desaparecer los tiempos de carga, y
que permitirán alardes técnicos sorprendentes.
¿Será así realmente? No hay motivos para creer que no. Pero
sinceramente, yo creo que a día de hoy los tiempos de carga no son una de las
principales quejas de los jugadores, y menos cuando estos ya se han venido
reduciendo generación tras generación. ¿Serán tan revolucionarias esos nuevos
conceptos jugables que propone la eliminación de las cargas? Eso el tiempo lo
dirá, pero tampoco parece a priori que vaya a ser algo como para dejarnos con
la boca abierta.
Cuando iniciamos la actual generación, muchos ya pensamos
que se había alcanzado el techo gráfico actual. Baste con ver que cada vez es
más difícil distinguir entre un videojuego y los efectos visuales por ordenador
de una película. Entonces la esperanza era que en estos años hubiese algún tipo
de salto tecnológico o jugable que justificase la nueva generación, pero no ha
sido así. Propuestas como el VR se han quedado en “otro experimento más” que
está ahí, pero tampoco ha provocado ninguna revolución. Igual que los controles
por movimientos hace algunas generaciones, o el efecto 3D.
Hace ya tiempo que alcanzamos lo que yo llamo “la curvatura
del polígono”, es decir, el punto en el que podemos ver el borde curvado de un
modelo poligonal sin aristas. Algo similar a lo que ocurrió en su momento con
los gráficos 2D, pudiendo apodar a aquello como “la curvatura del pixel”. En el
momento en que todo deja de parecer “cuadrado” se comienza a atisbar el techo
visual, y esa curvatura del polígono comenzó a alcanzarse ya en la era de
PlayStation 3 y Xbox 360.
Así luce Sonic Unleashed con 12 años a sus espaldas. |
Desde entonces se han ido mejorando efectos, la calidad de
las texturas, y un sinfín de pequeños detalles que todavía había espacio para
mejorar. Pero los juegos en 3D estaban ya llegando a su límite, tal y como
ocurrió con las 2D hace un par de décadas. Es por esto que hoy en día nos
ponemos a jugar a Sonic Unleashed, y después a Sonic Forces, y apenas vemos un
salto claro entre ambos. Y de igual modo es muy poco probable que veamos una
diferencia visual destacable en los futuros Sonic para la nueva generación.
Además Sonic precisamente es un juego de estética animada,
algo que ya alcanzó su límite hace bastante tiempo. Los juegos de corte
realista todavía tenían más espacio para la mejora, pero su techo está ya
también aquí. Cuando salió Sonic Unleashed parecía una superproducción de
Pixar, y de aquello hace ya la friolera de 12 años… Cuando en poco más de 7 años habíamos pasado de Sonic 1 a Sonic Adventure.
¿Necesitábamos realmente una PS4 para mover Sonic Forces? ¿O
una PS3 ya habría logrado quedarse cerca? ¿Y para Sonic Mania? En lo que yo
llamo “La era del Re” (Re-make, Re-imaginación, Re-master, Re-boot, Re-frito,
etc) cabe preguntarse si hace falta tanta potencia para satisfacer la creciente
demanda de “estéticas retro”, o esos miles de juegos indie que en su gran
mayoría podrían correr sin problemas en una PS2.
Cierto es que esto del “Re-ciclaje” promete reducirse
parcialmente con la apuesta por la retrocompatibilidad, pero no será suficiente
si no se hace también un esfuerzo serio por ofrecer cosas verdaderamente
nuevas. Esta nueva generación no puede permitirse que el ingenio y el riesgo
vuelvan a correr a cargo de los juegos peces pequeños, mientras los peces
grandes van a lo seguro repitiendo una y otra vez los mismos conceptos jugables
y viviendo eternamente de nombres con historia.
¿Necesitaremos más teraflops para jugar a Sonic Mania 2? |
Si, todos queremos un nuevo Sonic, o un nuevo Mario, o un
nuevo Uncharted. Pero si no se apuesta también por cosas nuevas y arriesgadas,
nos vamos a comer otra generación idéntica a la que dejamos atrás, y cada vez
son más los usuarios que se sienten hastiados de tanta monotonía y “Re-petición”.
Los gráficos ya no sirven como excusa para hacernos comprar una nueva consola,
y o se inventan los juegos “4D” para que otra vez volvamos a empezar todo el
proceso, o se deja de una vez atrás el miedo a probar cosas nuevas.
Por desgracia es poco probable que esto se haga, porque tal
y como es la actual industria del videojuego, cada vez es más arriesgado
meterse a innovar. Usuarios que no toleran que se les cambie de sitio una
silla, nuevas franquicias que pasan sin pena ni gloria porque la gente solo
tiene ojos para el título de moda de la semana, usuarios que no dejan de exigir
refritos de títulos de sus tiempos de gloria, juegos de “usar y tirar” de los
que nadie habla apenas una semana después de haber salido, y toda clase de
polémicas absurdas que se crean para atacar a los títulos que no interesen por
lo que sea poniendo en peligro proyectos multimillonarios y años de trabajo.
¿Quién se va a arriesgar frente a algo así? ¿Estamos
condenados a que los cambios generaciones sean a partir de ahora un mero
trámite en el que volvemos a pagar una consola para poder seguir disfrutando de
juegos nuevos? Si no cambian las cosas, y no parece que vaya a ser así, nos
vemos advocados a un mundo del videojuego “fast food” donde lo que menos
importe sea el juego en sí, y todo sea consumir por consumir, mientras no somos
capaces de recordar nada del “GOTY” del mes pasado.
Confiemos en que algo cambie para bien en esta generación, que
haya un giro inesperado que aporte un poco de luz. Pero luz de verdad, no un
simple efecto visual que sirva para que todos podamos ver cómo a Eggman le
brilla su redondeada calva.