¿Tenemos claro a qué
se refiere la gente cuando habla de “el Sonic de su infancia”?
Se ha convertido en una de las frases de moda en la red,
apelar a que algo ha sido cambiado hasta el punto de no tener nada que ver con
lo que un día conocimos. Se dice sobre muchas cosas, pero se ha convertido en
algo especialmente insistente (y cansino) en lo referente al erizo. Tratar de
argumentar que un juego, u otra clase de producto, es malo simplemente porque
no es ya como el que conocimos cuando éramos niños, no tiene ningún sentido, y
sin embargo no deja de hacerse.
Ya he hablado aquí más de una vez de la nostalgia y de lo
mala que puede ser si no se accede a ella convenientemente. Pero esta vez lo
que quiero tratar es lo que hay justo detrás de esa frase en sí, porque todos
tenemos claro a qué se refiere una persona cuando dice eso, ¿verdad? Pues quizá
nos equivoquemos, y detrás de esa frase prefabricada tal vez haya mucho más.
La idea que tenemos es que cuando alguien dice eso, se
refiere al “Sonic bajito gordito simpático de ojos negros”, forma completamente
absurda de definir lo que entendemos por Sonic clásico, pero que para muchos es
algo inapelable y que tenga cuidado aquel que trate de explicarle que Sonic no
era así. Pero el erizo ya lleva con nosotros muchos años, y en todo ese tiempo
ha atraído la atención de “muchas infancias”. Hay al menos tres generaciones de
fans, que vendrían a ser una por cada década, encontrándonos actualmente con la
tercera en activo.
Pero no todo el mundo se refiere a eso cuando habla del
Sonic de su amada niñez, porque cada uno ha conocido al erizo en una etapa diferente
de la vida de Sonic, y todos sabemos más o menos bien lo mucho que ha cambiado
la franquicia en este cuarto de siglo. Ese cambio es totalmente necesario para
mantener viva la franquicia y que podemos ver en otras mil cosas similares,
pero eso es algo que ya he comentado aquí y en lo que prefiero no extenderme
más.
La cuestión llega cuando damos por sentado que alguien que
habla de su infancia arruinada se refiere si o si a ese Sonic clásico, cuando
en realidad puede referirse a cualquier otra etapa. Todos tenemos un primer
juego de Sonic (o serie, o cómic, o figurita…), un primer encuentro con el que
lo conocimos, la forma en la que nos fue presentado, y todos sabemos bien que
es difícil encontrar dos juegos del erizo que sean iguales. De este modo cada
uno tiene su propia idea sobre cómo es ese Sonic que un día descubrió.
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Tres generaciones y en cada generación muchas
infancias.
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Por ejemplo, no son pocos los fans que entienden que el
Sonic de los Sonic Adventure es el Sonic autentico, el de su infancia. Y a los
que de hecho no les gusta, o incluso les molesta lo que se entiende por Sonic
clásico. Y no estoy hablando solo del diseño del personaje, si no de los
propios juegos. Hay mucha gente que no cambiaría Sonic Adventure 2 por todos
los Sonic clásicos de Mega Drive/Genesis juntos, y esto, aunque haya algunos a
los que les cueste entenderlo, es una realidad inapelable.
Además es algo que pasa prácticamente con cada juego, incluso
con Sonic 2006. Si, no os sorprendáis. Sonic 2006 fue el juego del erizo más
vendido de su generación, la opción ideal para muchos padres a la hora de
comprarle un juego a su hijo. Y aquellos niños que lo jugaron hace ya 10 años,
ahora pueden ser perfectamente adultos. En su día ni se enteraron de que había
fallos, o de que el juego estaba prácticamente sin terminar. Igual que muchos
fans de los primeros Sonic se niegan a aceptar que esos también tenían bugs, no
tantos como Sonic 2006, pero los tenían.
Para ese niño, ahora adulto, Sonic 2006 es el Sonic de su
infancia. Y si, por fuerza no le habrá quedado más remedio que acostumbrarse a
lo que ha venido después, porque el estilo de Sonic 2006 no siguió adelante.
Pero que nadie le toque su Sonic de la infancia, y que nadie le diga que ese
“Mickey Mouse rechoncho” es el Sonic autentico de la infancia de todos. ¿Qué creéis
que pasará con todos los niños que están ahora conociendo el universo de Sonic
Boom? Ese será Sonic para ellos.
Y lo mismo ocurrirá con los títulos del erizo que estén por
venir. El juego que salga este año para el 25 aniversario será el “Sonic de la
infancia” de muchos niños, y parece ser que nos sigue costando entender de una
vez que Sonic es un producto dirigido especialmente a niños y adolescentes, y
que si nosotros ya como adultos dejamos de entenderlo, es porque no va dirigido
a nosotros. Si nos gusta genial, y si no a otra cosa mariposa. Nadie nos obliga
a ser fans de algo que no nos gusta, de hecho es una contradicción bastante
absurda.
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Quizá algún día este sea el Sonic de la
infancia de alguien.
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Hay que tener en cuenta que ese “Sonic de mi infancia”
engloba toda la franquicia, especialmente los juegos de hace ya cierta cantidad
de años, más o menos la cifra necesaria para que un niño de mente abierta se
convierta en un hater que no tolera que a “su Sonic” le toquen ni media púa de
la cabeza. Y ese es otro problema, entender a Sonic (o a lo que sea) como parte
de nuestra infancia, pues genera un absurdo sentimiento de propiedad, lo que a
su vez provoca que se tomen las cosas como algo personal.
No tiene sentido asociar nuestra infancia a un producto
comercial por muy fan que seamos de él, nuestra infancia está ahí y ya nada ni
nadie puede cambiarla. Es como si un matrimonio culpase al remake de una película
de su divorcio solo porque se conocieron en el cine cuando vieron la película
original que les gustó más. Decir que nuestra niñez ha sido mancillada únicamente
porque al protagonista de un juego le han cambiado el color de los ojos, es
cuanto menos tener ganas de que los demás piensen que no estamos bien de la
cabeza.
No es malo vivir con pasión las cosas que recordamos con
cariño de cuando éramos niños, pero con un mínimo de racionalidad, no actuando
como si alguien se hubiera metido en una maquina del tiempo y hubiera matado a
toda nuestra familia cuando éramos pequeños. Y sin embargo es algo que vemos a
diario, cada vez lo padecemos más, y lo que es peor, cada vez lo sufriremos
más. ¿Apostáis a cuantas veces tendremos que leer la palabra “infancia” si se
confirma que sale Sonic Adventure 3? ¿Y si se confirma lo del Sonic en 2D con
el Sonic clásico?
Quizá sea cosa mía, porque aquí donde me veis yo no tengo un
“Sonic de mi infancia”. ¿Por qué? Pues básicamente porque Sonic aún no existía
cuando yo era pequeño, el nacimiento del erizo llegó conmigo entrando ya en la
adolescencia, así que habrá quien piense que no entiendo esas pasiones
desbordadas. Pero también llevo 25 años escuchando y leyendo las mismas cosas,
viendo a fans de todas las generaciones desgañitarse en Internet por infancias
arruinadas. Y que puñetas, yo también he sido niño y he vivido mis cosas de entonces,
y no me apego a ellas como si fueran mías ni invado la red vomitando bilis si
veo que ya no son como eran antes. Y motivos no me faltarían, que conste.
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El Sonic de mi infancia era rosa y tenía voz
de chica.
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Que nos quede bien claro a todos que Sonic no es nuestro, y
que cada uno tiene su idea de cómo es el erizo. Y que si nuestra infancia vale
mucho, la de los demás también. Cosas en plan “si no has hecho esto no tienes
infancia” son simplemente ridículas, cada uno ha vivido su época y ha vivido
sus cosas. Unas serán mejores y otras peores, pero no somos nadie para criticar
la infancia de otra persona solo por haber hecho “X”, o por haber dejado de
hacer “Y”.
Si todos entendiéramos esto, y tampoco me parece algo tan
difícil de entender, nos irían mucho mejor las cosas. Y esto no sirve solo para
Sonic y similares, nos vale para muchas otras cosas en nuestra vida, algunas
infinitamente más importantes que el erizo de un videojuego. Las pasiones están
muy bien, pero con mesura y cordura, que los fanatismos no le hacen ningún
favor a nadie, y nosotros somos los primeros en sufrirlo.
Y finalmente que os quede bien claro que vuestra infancia es
vuestra y solo vuestra, que no debe ni tiene por qué ir asociada a nada, pero
que si lo queréis asociar a algo, no os influyan los cambios que haya sufrido ese
algo. Nada ni nadie puede cambiar el pasado, y si habéis tenido una infancia
tan buena y llena de gratos recuerdos, dad gracias por ello, que otros no han
tenido la misma suerte. Y por lo que más queráis, guardad vuestra infancia y
sus recuerdos para vosotros, que a nadie le importa ni le influye a la hora de
darle más credibilidad o validez a lo que decís.
No está de más hacer ejercicio de reflexión sobre todo
esto, y más si se confirma lo que viene de Sonic este año. Porque 25 años son
muchos años, y ahí caben muchas y muy diferentes infancias. Tengamos el aniversario
en paz y disfrutemos de lo que llegue de Sonic, que creo que es al fin y al
cabo lo que todos queremos. ¿Verdad?
Las opiniones vertidas en esta columna son de
exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan
necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.