Opinión: Streets of Rage 4
May the 4th be with you
Hoy 4 de mayo se celebra el día internacional de Star Wars,
y asociado a dicho número nos encontramos con un esperado juego que solamente
puede ser definido como “de otra galaxia”. Streets of Rage 4 ya está aquí por
fin, tras 26 largos años de espera desde que saliese a la venta Streets of Rage
3. ¿Ha merecido la pena esperar tanto?
Atrás queda ya el largo y tortuoso proceso que nos ha
llevado hasta llegar a este juego, un periplo que llegó a parecer propio de
algún tipo de maldición, alguna clase de mal de ojo empeñado en que cada
proyecto se estrellase contra un destino cruel que parecía querernos privar de
repartir tortazos por el barrio.
Fighting Force y Die Hard Arcade/Dynamite Deka fueron tan
solo los dos primeros intentos, y por suerte llegaron a ver la luz con otros
nombres. Algo de lo que no pueden presumir los numerosos proyectos cancelados
que ha habido desde el tiempo de Dreamcast. Ha hecho falta que los genios de
Dotemu y Lizard Cube acudan al rescate, tal vez armados con algún tipo de
amuleto mágico.
Desde que fue anunciado, la cosa prometía bastante, a pesar
de las siempre persistentes quejas estándar que rodean a todo cuanto esté
asociado con Sega. No voy a entrar en polémicas absurdas que de sobra nos son
conocidas en el fandom de Sonic, porque afortunadamente la recepción
mayoritaria ha sido unánimemente muy positiva. Incluso por parte de los medios,
que (por una vez) se han deshecho en elogios al juego.
La Guerra de los Galsias. |
Pero si que debo mencionar el hecho de que incluso aquellos
que teníamos altas las expectativas, nos hemos llevado una agradable sorpresa
con el juego, y es que es incluso mejor de lo que ya parecía. Streets of Rage 4
hace honor a su nombre en todos los aspectos, siendo una entrega totalmente
nueva de la serie, al mismo tiempo que rinde fielmente homenaje a la saga.
Hay quien habla de reciclaje y nostalgia, pero en toda la
serie podemos encontrar enemigos y escenarios “repetidos”, a modo de iconos que
conforman lo que hace que Streets of Rage sea Streets of Rage. ¿Era Streets of
Rage 2 nostálgico por traer de vuelta los “Galsias” y hacernos luchar contra
ellos a bordo de un barco? No. Pues aquí tampoco, por mucho tiempo que haya
pasado desde la anterior entrega.
Y lejos de limitarse a repetir conceptos icónicos y apelar a
la nostalgia, Streets of Rage 4 introduce elementos nuevos en la serie que
encajan con ella como anillo al dedo (de Sonic). Por ejemplo el escenario de la
comisaría de policía. ¿Una saga repleta de policías y maleantes que bebe del
cine de pandilleros, y no había salido nunca una comisaría? Pues eso se acabó.
Tampoco puedo evitar hacer mención al escenario de las
alcantarillas, no solo porque parezca sacado de Comix Zone (como tantas otras
cosas del juego), sino también porque me acuerdo de aquella mujer verde que
surgía de las alcantarillas en la portada occidental del primer Streets of
Rage, como si se tratase de un ser mutante de las cloacas. Dicho misterio cobra
ahora sentido gracias a este escenario.
“Where are my pixels?” |
El aspecto visual ha sido otro de los elementos de
controversia, pero sinceramente, yo aquí no veo más que una obra de arte en
movimiento. Personajes y fondos dibujados a mano que parecen salir de un cómic,
con infinidad de detalles y una ambientación magistral. Quién os diga que no
habría hecho lo que fuese por jugar a un juego así a mediados de los 90, miente.
De haber sido una recreativa en su día, habría tenido a todo el mundo
arremolinado a su alrededor (Incluso a pesar de la inminente llegada de la moda
3D).
Y para quien quiera pixeles, también hay pixeles, pues
podemos ir desbloqueando uno por uno todos los personajes jugables de las tres
anteriores entregas. Todo excepto Ash y Roo de Streets of Rage 3, que parecen
haberse quedado fuera para evitar polémicas en los tiempos que corren (si ya
hubo problemas en su día, imaginad ahora…)
La música es algo tremendamente importante en Streets of
Rage, y si bien es cierto que aquí es donde más entran en juego los gustos
personales, por lo que a mí respecta hay que quitarse el sombrero con el
trabajo realizado por los diferentes compositores, entre ellos el veterano Yuzo
Koshiro. De hecho, si permanecéis atentos podréis descubrir cómo cada dos por
tres brota el estilo musical de la época de Sonic CD (al menos en su versión
japonesa/europea).
Hasta aquí todo bien, pero en un título de este calibre lo
más importante es la jugabilidad, y es aquí donde mejor destacan sus virtudes. Cierto
es que se ha dado un paso atrás en cuanto se refiere a las habilidades de los
personajes, volviendo a un estilo como el de Streets of Rage 2. Pero también
hay cosas nuevas, como el devastador sistema de combos que ahora nos permite
machacar maleantes a placer, incluso en el aire.
¿Qué pasará si le enchufas ese taser a esa máquina recreativa? |
Si no os duele el pulgar derecho tras unas cuantas horas
jugando, es que algo habéis hecho mal. Es el machaca botones en persona, pero
bien realizado, siendo tan capaz de enganchar y divertir como el mejor beat’em
up de la época. Y lo mejor es que ahora podemos hacer combos a cuatro
jugadores, llenando la pantalla de delincuentes rebotando, explosiones, y toda
clase de golpes devastadores. Y además podemos desactivar por fin el “fuego
amigo”, acabando de una vez por todas con las “guerras civiles” entre
familiares y amigos.
Si, también tiene online, aunque incomprensiblemente solo
para dos jugadores. Y puestos a lamentar cosas, el nuevo sistema de vidas y
niveles de dificultad puede hacer que echemos de menos el de las entregas
anteriores. Pero por lo demás, todo estupendo. Una maravilla de principio a fin
que os mantendrá pegados durante horas incluso en solitario. No importa que el
modo historia sea corto para las exigencias actuales (aun así es el más largo
de la saga), porque el juego incita de sobra a rejugar una y otra vez, tal y
como llevan haciendo sus predecesores desde hace más de un cuarto de siglo.
Hay quién lo compara con Sonic Mania, pero Mania es más bien
como aquel Streets of Rage Remake que no tuvo demasiada suerte con Sega. Streets
of Rage 4 es lo que tuvo que haber sido Sonic the Hedgehog 4 y no fue, no es un
batiburrillo de cosas del ayer para apelar a la nostalgia, es una nueva entrega
de una serie legendaria, que hace honor a su nombre en todos y cada uno de los
sentidos.
Ojalá que en el futuro veamos más cosas así. ¿Golden Axe 4? ¿Comix
Zone 2? ¿Un nuevo Alex Kidd? Hagan sus apuestas. Pero mientras que esos juegos
lleguen arropados por el cariño y buen hacer de este, hay lugar de sobra para
el hype. ¿Qué os parecería un Sonic nuevo en 2D con gráficos dibujados al
estilo de Mania Adventures? Yo eso lo firmo ya. Pero por favor, que antes
aprovechen para resucitar grandes franquicias de Sega que llevan décadas en el
olvido.
¿Os apetece un poco de DLC? |
Recordad que las tres primeras entregas de la serie Streets
of Rage están disponible en el recopilatorio Mega Drive Classics, así os podéis
poner al día antes de jugar a esta cuarta parte. Algo que recomiendo
encarecidamente hacer, no solo a los fans de Sega, sino también a cualquiera
que le gusten los beat’em up clásicos, o que simplemente busque algo divertido
que pueda jugar en compañía. ¡No esperéis más y compradlo ya!