No se debe juzgar un “libro” por su portada.

Desde siempre los juegos han sufrido un pequeño problema que ha provocado más de una injusticia histórica, y es que es difícil saber si un juego es bueno o malo a primera vista. Esto pasa sin duda también con otros medios, como el cine, la música, o la literatura. El cartel de una película o la portada de un disco no son algo fiable a la hora de conocer la calidad del producto en cuestión.

¿Cuántos juegos se habrán vendido solo por tener una portada bonita? ¿Cuántos habrán pasado desapercibidos por no tenerla? De siempre las portadas han sido algo muy importante para las compañías a la hora de vender, pero a los usuarios de poco nos sirven estas imágenes para conocer la calidad del juego. Como mucho dejan intuir su temática, y a veces ni eso. Por esto de siempre se suele añadir información adicional en la parte de atrás de la portada, como imágenes in-game, o un texto explicativo.

¿Es eso suficiente para saber cómo es un juego? Ni remotamente, por ello de siempre esta información ha quedado como algo dirigido a los usuarios llamados “casuals”, mientras que los “gamers” buscaban otras formas de saber cómo era un juego. Antes no había mucha opción, estaban las revistas de videojuegos, el boca a boca o recomendación de alguien, y poco más. Por descontado que esto tampoco era suficiente para saber si nos gustaría el juego, pero algo ayudaba.

¿Cuántas veces habéis lamentado no haber jugado a tal o cuál juego en su momento porque no supisteis nada de él? O porque no os llamó la atención lo que visteis. Y no solo juegos, también consolas y otras cosas. Haciendo memoria seguro que encontráis títulos que en su día alguien os dijo que eran muy malos y que evitasteis por ello, pero años más tarde descubristeis que eran juegazos. Cabe pensar que es culpa de que antes no había suficiente información, ¿pero es solo eso?

Hoy en día en esta sociedad de la información estamos saturados de datos, estamos más informados que nunca, antes de comprar un juego podemos ver videos y trailers, consultar cientos de críticas de todo el mundo, escuchar y leer a usuarios de todas partes… En principio esto es algo bueno, cuanta más información mejor, el problema viene cuando esa información no se sabe manejar e interpretar convenientemente.

La cantidad de información disponible es algo importante, pero mucho más importante es saber interpretarla. Se pueden consultar cientos de datos sobre un juego y aun así seguir sin saber como es en realidad, igualmente con una buena capacidad de interpretación, os bastarán pocos datos para haceros una idea de los que os espera. Sin embargo tanto en uno como en otro caso, nunca se debe dejar que estas impresiones guíen vuestras opiniones. Podéis decidir si comprar o no un juego con la información que saquéis, pero nunca opinar sobre él sin haberlo jugado debidamente, y mucho menos entrar a hacer valoraciones o críticas.

Cada vez vemos más casos de juegos que son juzgados y sentenciados nada más ser presentados, desde el primer momento ya se decide si van a ser juegazos o “pestilencias infectas”. Basta un simple trailer, una imagen, o a veces ni siquiera eso, solo con saber que el juego existe, para que Internet se inunde de opiniones y críticas sobre un producto que aun ni existe. Es aquí donde el exceso de información se vuelve nocivo, y donde una buena capacidad de interpretar los datos es crucial.

Ver una imagen de un juego y decidir si es bueno o malo, no es tener una buena capacidad para interpretar la información, más bien lo contrario. Se ve la imagen, se extraen datos, y se guardan para uno mismo, porque se sabe que hasta que no haya más información no es buena idea emitir juicios de valor, ni siquiera aunque alguien nos pregunte. Siempre que veáis a alguien opinando sobre un juego que aun ni ha salido, desconfiad. Tanto si es para bien, como si es para mal.

Cada persona es un mundo, y lo que a uno le puede encantar, puede ser odiado a muerte por otro. La única manera de saber si un juego os gusta es jugarlo entero, de principio a fin, varias veces si es posible. Solo entonces sabrás ver sus virtudes y sus defectos, e incluso aunque sea tu juego favorito, serás capaz de ver donde falla o si hasta es un mal juego. Siempre que no te autoengaños por fanatismos, claro. Pero en ese caso podrás tratar de engañar a los demás, pero nunca a ti mismo, pues en el fondo sabrás la verdad.

Esto para uno mismo, pero si se quieren entrar a hacer críticas y valoraciones, se debe hacer siempre con cuidado. No se pueden imponer nuestros gustos o disgustos a los demás, las opiniones personales siempre deben quedar fuera de un buen análisis que pretenda ser objetivo. Por esto yo siempre defenderé los análisis informativos, los que simplemente explican cómo es el juego, sin entrar nunca en apreciaciones o valoraciones personales.

Los videojuegos no se “leen”, no se ven en un “video”, se juegan. Un videojuego es un conjunto de sensaciones visuales, sonoras, argumentales, emocionales, y jugables. Si alguna de esas cosas falta, no estas experimentando bien ese juego. Es por esto que ver un gameplay en Youtube, un trailer, leer una reseña, o cualquiera de estas cosas, nunca servirá para juzgar adecuadamente un juego. Puede ayudar, pero no será jamás algo justo, a no ser claro está que dejéis bien claro que os estáis basando solamente en esas fuentes.

Si únicamente queréis saber que juego comprar, y pasáis de hacer críticas o valoraciones, la cosa es más sencilla aun. Basta con saber cribar la información que recibís para quedaros solo con lo que os interese, y tener mucho cuidado antes de que la opinión de otro guíe vuestras compras. Por ejemplo, si en un análisis leéis que un juego es malo porque te obliga a jugar en modo cooperativo, pero a vosotros os gustan los modos cooperativos, no lo interpretéis como algo malo, quedaos solo con “el juego tiene modo cooperativo”. Adaptad la información a vosotros, no vosotros a la información.

Por último tened en cuenta que no siempre la información que recibimos es correcta, de hecho suele estar equivocada en mayor o menor medida la mayoría de veces. Por esto no se debe tomar como si fuera la palabra divina lo que leemos o vemos por Internet o cualquier otro medio, pues nadie tiene la verdad absoluta y todo el mundo se equivoca. No por ser un redactor de una web prestigiosa estás libre de cometer errores, pero para eso ya debe la gente de tener el cuidado de no acatar al 100% lo que escribes.