Opinión: Regreso al arcade



¿Es hora de que vuelvan los viejos arcades?

Volviendo la vista atrás, nos damos cuenta de que las diferentes ramas que componen el árbol del mundo del videojuego siguen en mayor o menor medida aquí en la actualidad. E incluso han crecido algunas nuevas como la de los juegos para móviles, o los indies. Aquí continúan las consolas de sobremesa, las consolas portátiles, y los ordenadores (aunque muy diferentes de los de antes). Sin embargo hay una rama que se ha secado y mucho en la última década, casi hasta desaparecer. Eso son los arcades.

Las viejas maquinas recreativas vivieron su apogeo en las décadas de los 80 y los 90, pero con el enorme auge de las consolas fueron retrocediendo. Ya nadie quería pagar por cada partida que echaba, y las maquinas domesticas ya ofrecían la misma calidad gráfica que las voluminosas maquinas recreativas. Las visitas a estos lugares decrecieron, y poco a poco fueron cerrando los locales dedicados a ellos.

Antes era raro el bar que no tenía al menos una de estas maquinas, mientras que hoy en día sería un milagro encontrar allí una de ellas. Es algo que casi se ha perdido del todo, una parte de este mundillo que cada vez menos generaciones de jugadores conocen. Cabría pensar que es cosa del progreso, y que simplemente hay que aceptar su extinción. ¿Pero y si no fuese así? ¿Y si el mundo estuviese cambiando y se estuviera abriendo un hueco para el regreso de los arcades de antaño?

Sega sigue siendo la reina de los arcades.

Habrá quién crea que no tiene futuro, que la gente ya dijo en su momento que no le gustaba pagar cada vez que jugaba. Pero lo cierto es que cada vez estamos más acostumbrados a ello, ya no son solo con los DLC’s, también están los micropagos o los juegos gratuitos en los que pagamos por conseguir ventajas. ¿Está tan alejada la idea de pagar por cada partida de este concepto actual? Si funcionaba hace 20 o 30 años, ¿por qué ahora no iba a hacerlo?

También habrá quién crea que no es necesario, la potencia de las maquinas actuales ya iguala, e incluso supera la que pueda tener un arcade moderno. ¿Pero es realmente así? Un arcade es un hardware específicamente diseñado para el juego que corre, de modo que aún podríamos llevarnos más de una sorpresa al ponernos a los mandos de un arcade contemporáneo. Y no todo el mundo puede permitirse un súper-PC para jugar, ¿así que por qué no “alquilarlo” para una partidita?

Pero lo mejor de los arcades es sin duda la experiencia que ofrecen en sí, además del ambiente que generan. No es fácil encontrar hoy en día un salón recreativo, pero si lo conseguís, daos una vueltecita por allí acompañados de varios amigos. La experiencia es radicalmente distinta de la que se consigue en casa, el poder ir en grupo a estos sitios y disfrutar de estos juegos tan especiales en persona, es algo que no se puede conseguir de igual forma en nuestro hogar.

En CityPlay Madrid podéis disfrutar de este gigantesco arcade de Pac-Man.

El esperar tu turno para jugar, las risas, los piques, y jugar rodeado de gente. Son cosas que se pueden hacer en casa, pero no de igual manera. Y os lo puedo garantizar de primera mano, ya que en tiempos recientes he tenido la ocasión de hacer esto, y os aseguro que la experiencia es la misma que hace dos o tres décadas. La diversión que se consigue en un arcade, sencillamente no es emulable.

A esto hay que sumarle las ventajas que ofrece una recreativa, no hablo ya de la clasica maquina con sus joysticks y botones, que también. Si no de los muebles especialmente dedicados tipo simulador. Meterse en una cabina oscura con sus altavoces, armas o volantes según lo requiera el juego, asientos que se mueven, y con una pantalla enorme delante. Son elementos que ofrecen una experiencia de ningún modo igualable en casa. Es básicamente como comparar ir al cine con ver una película en casa, simplemente no es lo mismo.

En la pasada Game Experience tuve la ocasión de reencontrarme con un viejo amigo de hace tres décadas, el arcade de Out Run. Además se trataba de la versión más común, la que más pude disfrutar en su época. Durante todos estos años he jugado a Out Run de mil formas distintas, en montones de sistemas. E incluso e tratado de montarme mi propio arcade con volante y pedales incluidos. Y nada de eso ha sido igual a este reencuentro con la maquina original. No se trata de igualar gráficos, si no de que la experiencia con el arcade original no es de ningún modo emulable.

Aquí podéis verme reencontrándome con un viejo y querido amigo.

Incluso aunque logres tener la maquina original en casa, el ambiente no es el mismo. El ruido general, la gente a tu alrededor, los amigos viéndote jugar esperando su turno. Simplemente no es lo mismo. Y me ha pasado con más títulos, hay juegos que tengo aquí incluso en versiones superiores al arcade original, pero teniendo la ocasión de ponerte frente a la maquina, consigues sensaciones que no tienen en otras condiciones y acabas jugando más y pasándotelo mejor.

¿Por qué no podría esto volver a funcionar? Es un hueco que nada ha logrado rellenar convenientemente, y hoy en día se juega a más videojuegos que nunca. Seguro que veis a alguien abriendo ahora un salón recreativo y teniendo que cerrarlo a las pocas semanas. ¿Pero y si la cosa estuviera cambiando? Si, hace unos años entrabas a uno de los escasos recreativos supervivientes y poco menos que rodaban arbustos como en las películas del oeste. Pero estas últimas veces que hemos ido estaban simplemente a reventar de gente.

Y no creáis que estaban llenos de viejos nostálgicos, había familias con sus niños, pequeños jugones que se lo pasaban en grande con las maquinas. Y lo mismo ha ocurrido en la Game Experience gracias al museo de viejos arcades de AUMAP y otras asociaciones similares. De hecho me resultó muy curioso ver como los niños de hoy en día se colgaban del volante del arcade de Out Run tratando de ver por encima de él, exactamente igual a como lo hacía yo en su día.

Si con alguien se llevan bien las recreativas, es con los más peques.

Incluso los desarrolladores indie tendrían su hueco haciendo juegos para los arcades, de hecho en este país tenemos algunos que han conseguido eso mismo y con gran acierto. Además los arcades permiten después llevar el juego a otros sistemas, una vez se hayan ganado su popularidad en los salones recreativos, tal y como se hacía en los 80 y los 90. Y si no ahí tenéis a Sega, quién no habría sido nadie en este mundillo de no ser por los arcades, campo en el que por cierto lleva siendo la reina desde mediados de los 80.

Y es que tampoco hay que olvidar lo mucho que la industria le debe a los arcades, y es que desde el punto de vista tecnológico habría sido imposible lograr la evolución técnica actual sin ellos. Y cuando nos preguntamos por qué los juegos de ahora no son como los de antes, tal vez habría que cuestionarse si la ausencia de los arcades no ha tenido algo que ver. Al fin y al cabo este tipo de juegos eran pura innovación y originalidad, cosas que cada vez brillan más por su ausencia.

¿Es entonces este el momento ideal para intentar hacer volver los viejos arcades? Yo creo definitivamente que si, pues es algo viable y de lo que la industria y los usuarios nos podemos beneficiar enormemente. Al fin y al cabo un cuerpo no puede vivir sin su corazón, y el corazón de los videojuegos son sin duda los arcades.


Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.