Opinión: Análisis de Mega Drive/Genesis Mini
Pequeña en tamaño,
pero grande en valor.
Ahora sí que sí, ya la tenemos disponible en todas partes, y
por fin le he podido hincar el diente como es debido a la nueva Mega Drive
Mini. Y como lo prometido es deuda, aquí os dejo un pequeño “mini análisis” de la
nueva (aunque a su vez veterana) consola de Sega.
Había confianza de sobra en el cariño que le estaban
poniendo tanto Sega como M2, pero estas cosas siempre hay que esperar para confirmarlas.
También llegaban rumores de aquellos que pudieron probarla antes de que saliese
y que apuntaban a posibles problemas, problemas que ya os anticipo que se han
exagerado hasta decir basta (lo típico con Sega).
Da un poco la sensación (y era más o menos lo que
esperábamos) de que con esta consola se estaba pecando de un excesivo celo a la
hora de buscar fallos, remarcando como problemas más o menos serios pequeños
detalles de escasa importancia, o que ya estaban presentes en productos
similares previos y entonces no se hicieron notar.
Esto lo apreciamos por ejemplo en lo referente al sonido.
Cierto es que por culpa de reediciones previas como las de At Games había lugar
para la desconfianza y tratar de mirar con lupa cada pequeño detalle, pero entre
eso e ir deliberadamente al único juego que parece haber presentado ligeros
problemas de sonido y utilizarlo como excusa para criticar todo el conjunto,
hay un gran abismo.
Ese juego en particular es Comix Zone, el cual ya había
presentado problemas similares en pasadas reediciones. Básicamente el problema
consiste en que al principio de algunos de sus temas (no demasiados) se escucha
una especie de repiqueteo metálico que no debería estar ahí, un canal de sonido
fuera de su sitio que queda un tanto fuera de lugar. Pero nada más, es algo
puntual de ahí. Algo que se logró solucionar en algunos emuladores homebrew,
pero que de lo que aquí probablemente ni se hayan dado cuenta al tratarse de
algo tan recóndito y nimio.
También ha habido quejas sobre el presunto lag que
presentaba el audio, ya que iba ligeramente desincronizado con respecto al
juego. Para que os hagáis una idea, esto significa que por ejemplo al recoger
un anillo en un Sonic, el habitual sonido característico suena un poco más
tarde de lo que debería. ¿Es cierto esto? Si ¿Es una estupidez como un
castillo? También.
Por fin esta bandera suena como tiene que sonar. |
El retardo del audio es rematadamente inapreciable, hemos
sufrido cosas similares en reediciones modernas y nadie se ha dado cuenta. ¿Por
qué aquí se le ha dado tanto bombo? Esa es la pregunta que nos debemos hacer.
¿Por qué tanto hincapié en algo que ni siquiera notaría de no saber que está
ahí? Podríamos ver esto desde una perspectiva positiva, es decir, si ese es el
mayor fallo que han encontrado, es que no hay fallos graves. Pero es difícil
evitar que nos ronde una vez más ese pensamiento oscuro de que siempre, siempre
se mira todo cuanto hace Sega bajo el microscopio más exigente del mundo.
Y ahora lo positivo, si, esa parte que muchos han omitido.
Porque el sonido de Mega Drive/Genesis Mini ofrece cosas muy buenas que incluso
a mí me han sorprendido. Tras décadas de uso aprendes a identificar pequeñas
variantes en el audio, efectos de sonido y notas musicales que cambian según el
hardware donde estén corriendo. Y recordad además lo que siempre digo, replicar
el sonido de la consola original al 100% es imposible, hasta tal punto que ni
siquiera la Mega Drive 2 suena igual que la primera versión.
Naturalmente hablo de diferencias ínfimas, pero que están
ahí. Hasta hay reediciones de juegos de la propia Mega Drive que no suenan igual
que las originales, por ejemplo los cartuchos recopilatorios tipo Mega Games
que incluían Streets of Rage y otros títulos similares, presentaban pequeñas
variaciones en el audio, casi inapreciables, pero que ahí estaban. Misma
consola, mismo juego, diferente ROM, y ya existía la diferencia. Va siendo hora
de que nos metamos de una vez en la cabeza que el sonido de esta consola nunca
es igual si nos ponemos tiquismiquis, y esto no solo pasa con Mega Drive,
también pasa con otras, solo que con esas nunca se dice nada.
Teniendo todo esto en cuenta, me ha sorprendido escuchar
algunos efectos de sonido que hasta ahora solo había podido oír iguales en la
Mega Drive 1 original, como por ejemplo el sonido que hace la bandera de final
de fase en Sonic 1, que en cada reedición/emulador, e incluso variación de
hardware original, suena distinto. Hasta están presentes pequeñas
“distorsiones” propias del Yamaha YM2612 original, lo que yo llamo afectuosamente
“las pequeñas idas de olla del Yamaha”.
Estas “distorsiones” se producen a veces bajo determinadas
circunstancias, como por ejemplo al cambiar de una música a otra muy deprisa en
un test de sonido. Por poneros un ejemplo, en el tema musical de Metropolis de
Sonic 2, al cambiar de música durante el test de sonido en un determinado
momento, el “scratching” que suena de fondo a veces se distorsiona y suena de
forma totalmente distinta, como cuando sacabas un disco del tocadiscos a lo
bestia.
No es que suene mal, no es un fallo en si, es simplemente
que el cambio brusco de tonalidad afecta al Yamaha y a veces produce sonidos
inesperados que te hacen acabar amando este pequeño sintetizador. Es como si
tuviese personalidad propia y esta se viese alterada por lo que le pedimos que
toque en cada momento, como si de un músico real se tratarse. Pues estas cosas,
aunque quizá no exactamente iguales, están aquí, y no son ni mucho menos
propias de reediciones de ningún tipo.
Poned la consola en coreano si no queréis verle las intimidades a Blaze. |
Sorprende también la cuidada recreación de los
característicos graves de la consola original, algo en lo que por desgracia se
echa de menos la salida para cascos, pues es digno de apreciar en todo su
esplendor. Nos tiene que quedar claro que nunca se habría conseguido algo
igual, pero que dentro de lo posible (y rememorando estropicios previos), se
puede decir hablando en plata que Mega Drive Mini suena jodidamente bien.
Pero hay algo más importante que el sonido, y es la
jugabilidad, y aquí sí que no hay el menor problema. El mando es una réplica
perfecta del original, la única diferencia apreciable es que el botón Start es
un poco más duro, pero probablemente se deba a cuestiones técnicas, ya que este
botón cumple más funciones que las de pausar e iniciar. Así por ejemplo si lo
mantenemos pulsado durante 3 segundos, hace que aparezca el menú de guardar y
cargar partida, así como permitirnos acceder a la opción para volver al menú de
la consola sin tener que levantarnos a pulsar el reset.
Si, ha habido polémica por no incluir el mando de 6 botones,
algo que ya he explicado aquí antes a qué se debe. Pero sinceramente, yo que
soy de jugar a todo con el mando de 6 botones, me alegro de que haya incluido
el de 3. Es el mando que debía ser, y tan solo echaremos de menos los botones
extras en los juegos de lucha, mando de 6 botones que podremos comprar por separado
por tan solo 20 euros y que a su vez nos servirá (dependiendo del modelo) con
PC, PS3, y Switch.
Hay que destacar que el mando de 3 botones incluido con la
consola tan solo es compatible con ella y con PC, pues ya he podido comprobar
de primera mano que no funciona en Switch como si hace el de Retro Bit. En
cuanto a la fluidez de la emulación, también hubo polémica sobre presuntas
caídas de frames y patochadas similares que ya os puedo garantizar que no son
diferentes a cómo iba en la consola original. Por fin podemos disfrutar de una
fluidez y calidad de emulación que no hemos tenido en otras reediciones, y que
ojalá hubiésemos tenido en recopilatorios recientes como Mega Drive Classics
(que no va mal, pero esto va mejor).
¿Por qué no se destacan estas bondades y se ahonda en los
fallos? Otra pregunta más que debéis haceros a la hora de decidir si le dais
credibilidad o no a algunas de las cosas que se están diciendo por ahí. En
líneas generales solo puedo decir que el resultado ha superado mis expectativas
(que no eran precisamente bajas), y que una vez más solo puedo quitarme el
sombrero ante M2.
No obstante, sí que hay un par de problemas más que por
desgracia hay que reportar, y parecen ser cosas exclusivas de la versión
europea de la consola. La primera la de ellas es la ausencia de una opción que
nos permita escoger entre 50 y 60 hercios, ya que al igual que todas las otras
consolas Mini, funciona por defecto a 60 hercios. Tratándose de M2 esperaba que
dejasen la opción de los 50 hercios, para que quién quiera jugar a las
versiones PAL tal y como llegaron aquí en su día pueda hacerlo. Tal vez a algún
gurú del retro se le caiga y rompa el monóculo al leer esto, pero de verdad
existe gente que prefiere jugar a 50 hercios.
Una vez más nos quedamos sin Comix Zone en castellano… |
No habría pasado nada por mantener esto como opción para que
cada uno juegue como le dé la gana, y muy probablemente M2 lo habría incluido
de no ser por la lluvia de lloros exigiendo que fuese solo a 60 hercios. Lo
peor de todo es que, tal y como ya esperaba, esto ha traído otras consecuencias
no deseadas. La primera de ellas es que una vez más os podéis olvidar de jugar
a Comix Zone en castellano, ya que como he explicado muchas veces, la versión
PAL que incluye los diferentes idiomas no funciona correctamente a 60 hercios.
En consecuencia, tan solo podremos acceder a las versiones americana y japonesa
del juego.
Algo no tan predecible ha ocurrido con Sonic Spinball, ya
que la ROM original europea tenía la música adaptada para sonar correctamente a
50 hercios. Pero si forzábamos el juego a ir a 60, esa compensación provocaba
que la música fuese acelerada. Eso es justo lo que ocurre aquí al poner el
Sonic Spinball europeo, algo que no habría pasado de tener opción de jugarlo a
50 hercios. Por suerte se puede solucionar jugando a las versiones americana o
japonesa, pero cada edición de Sonic Spinball es ligeramente distinta en cada
región, así solo podremos disfrutar de las diferencias europeas con la música
corriendo a todo trapo.
Otro aspecto negativo es que, al igual que en las demás
ediciones de la consola, la región se cambia al cambiar el idioma del menú
principal, pero incomprensiblemente no se hace distinción entre inglés europeo
y americano, por lo tanto parece imposible acceder a las versiones americanas
que ofrecen elementos exclusivos, como Castlevania Bloodlines, Contra Hard
Corps, o Streets of Rage 2.
Por suerte se ha encontrado un pequeño truco para solucionar
esto, que es a su vez lo que medio apaña el problema mencionado con Sonic
Spinball, y es poner la consola en idioma coreano. Si, sé que suena extraño y
no tiene mucho sentido, pero haciendo esto aparecen las versiones americanas de
estos mencionados títulos. Por cierto, cabe mencionar también que si ponemos la
consola en español podremos acceder a las versiones en castellano de los juegos
que fuesen traducidos en su momento.
Para terminar, solo queda hablar de la propia máquina en sí,
ante la que uno simplemente solo puede derretirse como un helado en el desierto
del Sahara ante algo tan adorable. La recreación de la máquina original solo se
puede calificar como obsesiva, ya que hasta el más pequeño detalle aparece tal
y como debería ser. Hasta el control de volumen y la ranura para cartuchos
ofrecen una “resistencia” al manejarlos similares a los de la consola original,
y podremos extraer la tapita de la expansión para Mega CD a fin de poder
colocar convenientemente la Mega Torre, eso si es que somos capaces de hacernos
con una…
En resumen, pura pasión por el detalle que solo demuestra el
enorme cariño depositado en la máquina, tanto por parte de Sega como de M2. Si,
hay pequeños detalles que se podrían haber hecho mejor, pero no dejan de ser
nimiedades ante las que la gran mayoría de usuarios ni reparará cuando la estén
disfrutando. Creedme que os va a costar despegaros de ella cuando la conectéis
por primera vez, ya que las horas os parecerán minutos.
El compañero ideal para vuestra Mega Drive/Genesis Mini. |
Una pequeña maravilla que vale cada céntimo que cuesta, y
con la que además estaremos apoyando el que Sega haga otros productos
similares. Si, en tu casa podrás tener todos los emuladores y consolas
originales que quieras, pero con ellos no estarás propiciando el que Sega vea
que todavía hay mercado para sus consolas y juegos clásicos. Ya solo por esto
merecería la pena comprarla, pero es que además se trata de un producto de
máxima calidad que merece totalmente la pena tener para jugar.
Para terminar, os repito lo mismo que dije durante la charla
que hicimos sobre Mega Drive Mini durante la Madrid Games Week el pasado sábado:
Lo que de verdad diferencia a Mega Drive Mini de otras mini-consolas, es que
mientras que Nintendo y Sony siguen, y seguirán haciendo consolas, Sega dejó de
hacerlo. Y por primera vez desde que murió Dreamcast, es la propia Sega quién
está fabricando sus consolas en vez de delegar en otros como At Games. Ya solo
por eso merece totalmente la pena para cualquiera que tenga aunque solo sea un
mínimo de cariño por la historia de esta compañía y de los videojuegos en
general.
Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.