Opinión: Game Gear Micro

 


Análisis de la nueva Game Gear Micro de Sega

 

Se ha hecho de rogar, pero por fin tenemos en nuestras manos la diminuta nueva consola de Sega, la Game Gear Micro. Un producto destinado a celebrar el 30 aniversario de la inolvidable consola portátil de Sega, pero del que ya se nos vino dejando bien claro desde un principio que no se trataba de otra “mini consola” más, como por ejemplo Mega Drive Mini, o la futura Astro City Mini.

 

Si Nintendo hubiese hecho una versión en miniatura de su Game Boy es bastante probable que hubiese optado por algo muy parecido, una micro versión de la consola portátil al más puro estilo de sus llaveros que homenajean a las legendarias Game & Watch y que llevan ya bastantes años rondado por ahí. Es decir, una especie de juguete de bolsillo de esos que tanto les gustan a los japoneses.

 

Y es que hay que dejar esto bien claro desde un principio, este es un producto diseñado especialmente para Japón, no para occidente. Si decidimos importar la consola aquí lo haremos bajo nuestra cuenta y riesgo, haciendo absurda cualquier crítica hacía la compañía por no haber tenido en cuenta los gustos occidentales a la hora de diseñar su producto.

 

No obstante, si se puede evaluar la forma en la que los occidentales podemos percibir esta peculiar propuesta nipona de Sega. Es decir, si nos va a merecer la pena importarla o no. En este punto, es importante decir que depende mucho de lo que busque cada uno, haciendo que para algunos sea un cacharro totalmente prescindible, mientras que para otros se convertirá en un nuevo objeto de culto.

 

Pequeña en tamaño, pero grande en calidad.


Tened muy en cuenta vuestra situación personal antes de efectuar algún desembolso para importar la consola, a fin de evitar posibles decepciones y desagradables sorpresas. Y es que traer hasta aquí la maquinita puede salirnos bastante caro, si el precio medio de la consola en Japón es de unos 50 euros, tendréis que sumar gastos adicionales propios del envío y manipulación por parte de tiendas e importadores, lo que puede elevar el coste final por encima de los 80 euros.

 

Este precio complica la rentabilidad del producto, ya que los cuatro juegos incluidos en cada uno de los diferentes modelos de la consola pueden parecer insuficientes con ese coste. Afortunadamente podemos confirmar ya de primera mano que la calidad del producto es sorprendentemente alta, más de lo que cabría esperar de “un juguete”. Y no hablamos solamente de la emulación, que otra vez corre a cargo de M2. También los componentes físicos de la máquina están a la altura de lo deseado.

 

Está claro que lo que más nos va a sorprender cuando la tengamos en nuestras manos es su reducido tamaño, el cual ha levantado multitud de polémicas y suspicacias por parte de los usuarios. Su tamaño es muy similar al de una Visual Memory Unit de Dreamcast, manteniendo con esta la similitud también en lo referente a la cruceta y los botones.

 

También son inevitables las comparaciones de tamaño con la Game Boy Micro, con la que comparte su nombre de manera no casual. En este caso ambas máquinas son casi igual de grandes, habiendo apenas un centímetro de diferencia entre la consola de Nintendo y la de Sega, algo que no afecta demasiado al sostenerla entre las manos. Si podéis jugar con una, podéis hacerlo también con la otra.

 

Game Gear Micro comparada con la Game Gear original.


Otro de los puntos clave es su pantalla, la cual es sin duda lo que más sorprendidos deja a los escépticos acerca de su funcionabilidad. Y es que la nitidez de esta es absoluta, permitiendo apreciar cada pequeño pixel de los juegos originales que incluye, tal y como era de esperar de una pantalla de hoy en día. De hecho (y puede que suene un tanto exagerado), nos atrevemos a decir que se ve mejor que las pantallas de Game Boy Micro y de la propia Game Gear original. Quién ponga esto en duda, que antes pruebe por si mismo cada máquina.

 

Si sois capaces de leer Twitter en vuestro móvil cada día, podréis jugar en esta pantalla sin problemas. Otra cosa son ya los problemas oculares que tenga cada uno, para lo cual recomendamos acudir a un oftalmólogo antes de blasfemar contra Sega en las redes. Y es que para ser “un simple juguete”, su pantalla se ve francamente bien a pesar de su reducido tamaño.

 

Otro aspecto clave son los botones, que como decimos tienen el mismo tamaño que los de una VMU de Dreamcast. El tacto inicial de la cruceta puede hacer aflorar en nosotros sentimientos de incertidumbre, pero en cuanto empecemos a jugar descubriremos que la precisión de la cruceta es verdaderamente asombrosa para lo que se podía presagiar en un primer contacto. No, Sonic no irá haciéndose bola solo mientras corre. No, vuestros puyos no se desviarán erráticamente cuando los bajéis rápidamente pulsando abajo. Parece casi magia, pero funciona mejor que las crucetas de los mandos de alguna que otra consola grande actual…

 

Los juegos funcionan perfectamente con la mejor de las emulaciones gracias al buen hacer de M2, y además manteniendo pulsado el botón Start podremos acceder a opciones de guardado, regular el brillo de la pantalla, o regresar al menú principal sin tener que reiniciar la consola. La única pega a este respecto es que parece no disponer de modo para dos jugadores en los juegos que soportaban dicha opción, a pesar de que habría sido tan sencillo como interconectar dos consolas con el mismo juego a través de un cable USB.

 

Tamaño y botones son similares a los de la VMU.

Dicha entrada USB se utiliza para conectar el adaptador de corriente de la consola, tal y como se hacía con la original. Este adaptador no viene incluido con la máquina, pero nos servirá prácticamente cualquier cargador de móvil que tengamos por casa mientras tengamos un cable con conector micro USB para conectarlo.

 

También podemos utilizar un par de pilas AAA, las cuales vendrán a ofrecer una duración similar a las de la consola original, algo que M2 reconoció que hizo de forma intencional como homenaje. Esto se traduce en unas 4 horas de autonomía, hora arriba, hora abajo, dependiendo del tipo de pila. Si, se podría haber incluido algún tipo de batería recargable, pero ya dijeron desde M2 que querían ser fieles a la consola original en este aspecto.

 

Finalmente queda por hablar de la selección de títulos, la cual por desgracia deja bastante que desear. No por la cantidad, pues cuatro juegos por modelo de consola es una cantidad aceptable (recordemos que el plan original era incluir solo un juego por consola), sino por la selección de los títulos, la cual es “excesivamente japonesa”, y no parece haberse hecho teniendo en cuenta las características de la máquina.

 

Lo de que sea demasiado japonesa no lo vamos a tener en cuenta por lo mencionado al principio del artículo, pero sí que es de difícil comprensión la exagerada cantidad de RPG’s que han sido incluidos, tanto es así que los cuatro juegos del modelo de color amarillo pertenecen a este género. El problema no es ya que estén en japonés con todo lo que ello conlleva, que también. Sino que no son precisamente el género de juego que mejor se adapte a esta máquina.

 

Game Gear Micro comparada con Game Boy Micro.

Un RPG es un juego para echarle muchas horas, horas en las que tendremos que leer muchos textos. No es el tipo de juego más idóneo para una partidita rápida sentado en un banco del parque, o mientras esperamos el autobús. Si no se han incluido shoot’em ups tan importantes como Fantasy Zone porque sería difícil ver los disparos (veremos a ver qué pasa con el modelo especial de la serie Aleste…), parece poco sensato elegir un tipo de juego en el que nos dejaremos los ojos leyendo textos y escogiendo opciones.

 

Esto es algo que notaremos en cuanto comencemos a jugar, ya que si bien títulos como Sonic, Out Run, o Shinobi, son internacionales y se pueden jugar de maravilla por pequeña que sea la consola, otros como la desmedida selección de RPG’s parecen estar bastante fuera de lugar. Desde M2 se dijo que algunos de estos RPG’s habían sido escogidos por no haberse podido lanzar en su día en la Consola Virtual de 3DS, pero por mucho que sea para hacerles justicia, no deja de rechinar su continua presencia en los catálogos de los cuatro modelos principales.

 

En cualquier caso, y a pesar de los mencionados problemas. Game Gear Micro termina por resultar un producto sorprendente, ya que no solo se juega bien en ella, sino que se convierte en la forma idónea de rendirle homenaje a la Game Gear original. Seguro que cualquiera que la tuviese en su momento querría llevar en el bolsillo esta pequeña joya, aunque solo sea como muestra de cariño.

 

Si sentís que Game Gear Micro es un producto que encaje con vuestras necesidades, y no os importa pagar el precio que sea por importarla, entonces ya tardáis en haceros con ella, porque os va a encantar. Pero si sois recelosos, o no creéis que os vaya a compensar su compra, entonces mejor no arriesgarse. Se trata de un producto muy específico para ciertos tipos de usuario, y si no estáis entre ellos, no os va a gustar.

 

Game Gear Micro comparada con un cartucho original de Game Gear.

Es de agradecer que Sega siga acordándose de su pasado y tengamos algo con lo que celebrar el 30 aniversario de Game Gear, y más tratándose de un producto de calidad. Por nuestra parte le damos el aprobado a esta Game Gear Micro, aunque lo deseable es que se hubiese traído a occidente de forma oficial con una selección de títulos acorde con esta parte del mundo.

 

Esperemos encontrarnos otra agradable sorpresa con la futura Astro City Mini, así como con cualquier otra consola que decida reeditar Sega. Y es que si en esta máquina, que no deja de ser “un juguete”, hemos encontrado semejante grado de calidad, solo podemos imaginar con esperanza lo que pueda llegar en un futuro.


Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.