Opinión: Un momento agridulce para el seguero.

 


Ya está aquí Mega Drive Mini 2.

 

La espera terminó, por fin tenemos entre nosotros la nueva consola de Sega. Un aparatito tan pequeño que podría caber dentro de un sándwich, pero que nos puede dar más horas de diversión que alguna consola moderna con raytracing incluido.

 

Cierto es que en esta ocasión la distribución del producto no ha sido tan buena como con el primer modelo, lo que probablemente haga que en unos meses sea pasto de la especulación. Y también es verdad que esta vez no ha habido tanto cuidado por respetar el diseño original, al mantener el sistema de encendido de la versión japonesa (con ausencia de LED de encendido incluida).

 

Pero ninguna de estas cosas es capaz de empañar el excelente trabajo en general del conjunto, algo a lo que cada vez nos tiene más acostumbrados la unión entre Sega y M2. Por descontado que esto incluye una emulación de lujo, incluso del Mega CD. No será hardware real, pero es sin duda algo muy superior a la experiencia que proporciona un mero emulador con ROM´s.

 

Ya simplemente la fiel recreación del mando de 6 botones original es capaz de transmitir sensaciones muy parecidas a la de la consola original. Cierto es que en esta ocasión se ha incluido un solo mando, pero es totalmente compatible con los mandos de la primera Mini, o con los mandos oficiales de Sega que edita Retro Bit, y que a día de hoy se pueden conseguir a precios realmente bajos.

 

La consola que cabe en un sándwich.

Ese ha sido también otro de los puntos controvertidos, el precio. Pero sabiendo lo que ocurre con el aumento de costes, y que la especulación va a hacer que el precio suba a partir de ahora en vez de bajar, ya no parece tanto. Además del hecho de que incluya títulos que ya por sí solos cuesten más que todo el conjunto entero.

 

Un aspecto curioso de esta Mini 2 es que al probarla se hace bastante evidente que en esta ocasión no se han puesto como objetivo al público más generalista apelando a la nostalgia, sino al usuario más hardcore de lo retro ofreciendo juegos no muy conocidos, pero muy codiciados por los jugadores.

 

Para que se entienda más fácilmente, poca gente tuvo la inmensa suerte de poder jugar a Final Fight CD en su momento, pero cualquier usuario medianamente avanzado en el campo retro daría lo que fuese por poder jugarlo. Y así uno tras otro los juegos de la lista son un goce para el jugador experto, mientras que el más casual que trata de rememorar su infancia se queda preguntándose dónde está el Aladdin.

 

Pero como buenos fans de Sonic que sois muchos de los que estáis leyendo esto, seguro que vosotros os andáis preguntando qué tal va cierto juego que es sin duda el más atractivo para los seguidores del erizo. Ese juego es Sonic CD.

 

Mega Drive Mini 2 junto a su predecesora.

Si, se ha reeditado ya varias veces. Pero nunca hasta ahora se había reeditado el juego original de Mega CD tal cual, y ya os garantizo de primera mano que es algo que merece la pena probar si os gusta este juego.

 

Ya os puedo confirmar que la experiencia es lo más cercano que vais a poder encontrar a jugarlo en hardware real, hasta el punto de que se han mantenido los 50hz en la versión PAL. Esto en principio podría parecer algo negativo, pero hay que recordar que muchos usuarios lo jugamos así en su época, y además tenemos opción de acceder a las otras versiones del juego.

 

Hay que tener en cuenta que el Sonic CD PAL original no funcionaba bien al forzarlo a correr a 60hz, concretamente en los videos, que pasaban a ir a saltos. Es por esto que se ha mantenido esta funcionalidad para evitar fallos. No obstante, podremos escoger jugar también a la versión americana a 60hz, con su diferente banda sonora incluida.

 

¿Y qué pasa si queremos jugar a 60hz con la banda sonora japonesa/europea? Pues también podremos hacerlo, pero mediante un pequeño truco que consiste en poner el idioma de la consola en japonés. Y para evitar el engorroso proceso de cambiar de idioma cada vez, basta con que guardemos una partida de la versión japonesa mediante el menú de la consola, volvamos a poner la consola en nuestro idioma favorito, y carguemos dicha partida. Así podremos jugar a las versiones japonesas sin tener que andar cambiando el idioma.

 

Aquí podéis apreciar la diferencia en el botón de encendido y el LED.

Ya os adelanto que vais a ver más pequeñas diferencias entre este Sonic CD original y sus posteriores reediciones, como por ejemplo el peculiar sistema de guardado que empleaba el original de Mega CD. Pero eso dejaré ya que lo vayáis descubriendo vosotros mismos.

 

En resumen, un producto de inmensa calidad que vale cada céntimo que cuesta. Incluso si os tenéis a vosotros mismos por usuarios más casuales de lo retro, porque aquí vais a descubrir juegazos que sin duda acabarán entre vuestros favoritos. Además su catálogo casa perfectamente con el de la primera Mega Drive Mini, lo que hace que teniendo ambas completéis una formidable colección de juegos de Mega Drive y Mega CD.

 

Mención aparte merecen los juegos nuevos incluidos, desde títulos completamente inéditos como el Devi & Pii de Takashi Iizuka, al remake de Space Harrier 2 que mejora el original de Mega Drive. Estos títulos son capaces por sí solos de justificar la compra de la consola, tanto desde el punto de vista de la preservación histórica, como del hecho de que Mega Drive siga recibiendo juegos nuevos en pleno 2022.

 

Llegados a este punto, puede que alguno se esté preguntando a qué nos referíamos al principio con lo de “momento agridulce” si la consola es una maravilla. Y es que por desgracia la maquina venía con un pequeño mensaje en su interior capaz de amargarle el momento a cualquier fan de Sega. Algo que nos íbamos a encontrar en los créditos de la consola…

 

En incluso más pequeña que Genesis 3.

Estoy hablando de la noticia del fallecimiento de Rieko Kodama, algo que ocurrió hace meses, pero que no se había conocido públicamente hasta que apareció dicho mensaje de condolencia en los créditos de la Mini 2. Un jarro de agua fría tan doloroso como inesperado, y no solo para los fans de Sega, también para los de Sonic.

 

Harían falta un par de artículos enteros solo para repasar aquí la carrera de Rieko Kodama, y puede que en algún momento los haga. Pero hasta entonces os recomiendo encarecidamente indagar sobre su pasado si no sabéis de quién se trata, y os dejo como anticipo el dato de que formaba parte del Sonic Team original que creó al erizo en 1991.

 

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No sabemos qué más nos depararán estas mini-consolas de Sega en el futuro, pero la cosa pinta cada vez mejor. Esperemos que Sega siga apostando por revivir su pasado con estos estándares de calidad, un monumento a su historia imprescindible para sus fans. Incluidos los que como yo, no tenemos tanta necesidad de este tipo de mini-retro aparatos. Esta vez hasta nosotros hemos caído.

 

Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.