Opinión: Usando las “tijer-Ash”

 


Autocensura retro en Sega

 

El tema que os traigo esta vez es una de esas noticias menores que pasan tan sumamente desapercibidas que lo más probable es que solo veíais hablar de ello aquí y ahora, algo que en un principio podría parecer una mera anécdota, pero que puede servir como base para reflexionar sobre cómo está el mundo en ciertos aspectos.

 

En un principio no tiene nada de raro el hecho de que Sega, o cualquier otra compañía, modifique un juego suyo del ayer para poder relanzarlo en la actualidad. Tenemos bien reciente el caso de Sonic 3 en Sonic Origins, que ha sufrido modificaciones en su banda sonora por cuestiones legales sobre las licencias.

 

Y eso cuando hay suerte y se puede modificar el producto original, porque en otros casos no se puede, o no es viable hacerlo, con lo cual nos quedamos sin reediciones actuales del juego en cuestión. Esto ocurre por ejemplo con Sonic Heroes, ya que el motor que utilizaba en su momento se encuentra “enredado” en un conflicto legal que afecta a muchos otros titulos de la época, y que provoca que para ser reeditado hoy en día se tenga que rehacer el juego empleando un motor diferente.

 

Sonic se ha visto ya varias veces afectado por estas cosas, y lo mismo ocurre con otros clásicos de Sega. Por ejemplo, The Revenge of Shinobi no pudo ser reeditado durante años debido a la presencia de Spider-Man en el juego, algo que M2 solucionó convirtiendo al trepamuros en una especie de “Power Ranger rosa”.

 

Out Run sufre esto continuamente en casi todas sus versiones, ya que se debe modificar el coche para evitar demandas de Ferrari. Y la gente de M2 se han acabado convirtiendo en unos expertos en este tipo de modificaciones, gracias a las cuales podemos tener relanzamientos actuales de muchos juegos que no podrían haber sido reeditados de otra forma.

 

Un ejemplo de la censura sufrida por Streets of Rage 3 en occidente

Hasta aquí todo bien, se evitan problemas de licencias y similares por el bien común, y por lo general quedan todos contentos. Aunque no sé si eso es aplicable al caso de Sonic 3 en Sonic Origins, pero poco más se puede hacer. La cuestión viene cuando este tipo de cambios no se hace por algo legal, si no por alguna otra razón…

 

Por ejemplo, la versión para Mega Drive/Genesis de Shadow Dancer también tuvo problemas para ser reeditada, y en ese caso no había nada legal detrás. El problema era que en la pantalla de presentación aparecían unos edificios que evidentemente representaban a las tristemente desaparecidas Torres Gemelas de Nueva York, algo que también ha sido fuente de censuras en juegos y otros medios desde hace ya un par de décadas.

 

M2 logró solucionarlo hábilmente “uniendo” ambos edificios para que formasen uno solo, y que de esta forma ya no fuese reconocible la silueta de lo que representaban originalmente. Por cierto, las Torres Gemelas siguen apareciendo en el final del juego, pero ahí parece que nadie se ha dado cuenta, y esperemos que siga así…

 

Este es un caso de sensibilidad social, algo que incluso se sigue aplicando más de 20 años después del famoso incidente. ¿Pero hay casos en los que entran en juego otro tipo de sensibilidades sociales? Pues parece ser que si, al menos ahora….

 

Cuando Streets of Rage 3 salió en su momento en Japón (donde la saga recibe el nombre de Bare Knuckle) presentó varios aspectos que no fueron bien vistos por la Sega occidental de aquel entonces, la cual no dudó en sacar la tijera a pasear y recortar todo cuanto le vino en gana. Ya en Streets of Rage 2 se habían modificado algunos sprites de Blaze para que no enseñase más de lo debido, pero en este caso fueron mucho más allá.

 

Ash como jefe de final de fase en Bare Knuckle 3.

De hecho el caso de Streets of Rage 3 fue tristemente famoso en su día por lo absurdo de la censura a la que fue sometido, ya que si bien algunos cambios podían ser medianamente comprensibles, otros eran cuanto menos ridículos. Por ejemplo, la trama fue suavizada para restarle crudeza, algunos personajes femeninos “mostraban menos carne”, y por alguna razón que vaya usted a saber cuál fue, los colores de las vestimentas de algunos de los protagonistas fueron alterados con respecto a los originales.

 

Curiosamente en aquel entonces se mencionó que se había eliminado a uno de los jefes del juego, pero no a quién ni por qué. Peor aún fue enterarnos con el tiempo que dicho personaje se podía desbloquear para que fuese jugable, tal y como ocurría con el canguro Roo, o el poderoso Shiva.

 

El personaje en cuestión resultó llamarse Ash, un vivo ejemplo de ese estilo gamberro y callejero del que hace gala la saga Streets of Rage, con toda clase de personajes estrambóticos que en muchos casos acaban resultando carismáticos y se ganaban el cariño de los fans. Este fue justamente el caso de Ash, que con los años ha protagonizado múltiples hacks que buscaban devolverlo al juego para hacerle justicia.

 

Es evidente que el motivo de la censura es el simple miedo a que el personaje levante ampollas de algún tipo entre ciertos sectores de la sociedad, recordemos que en aquel entonces estaban muy vivas las polémicas entorno a los videojuegos, especialmente en lo referente a contenidos sexuales o violentos. No hace falta recordar las polémicas levantadas por títulos como Mortal Kombat o Night Trap, pero parece que desde entonces hemos avanzado y estos títulos ya son recibidos de una manera más abierta en la actualidad.

 

De hecho el propio Night Trap vendrá en la Mega Drive Mini 2 junto a Streets of Rage 3, y hasta hemos visto su remaster corriendo en consolas de Nintendo, a pesar de lo que la Gran N dijo sobre dicho juego en su momento. Mortal Kombat por su parte es hoy en día más brutal que nunca, mucho más que en sus polémicos comienzos. Y a nadie parece molestarle.

 

Ash en el fangame Streets of Rage Remake.

¿Pero qué pasa con Ash en Streets of Rage 3? Lo lógico sería que, si M2 se metiese a cambiar algo, fuese precisamente para eliminar la censura que sufrió el juego en occidente. De hecho en el reciente recopilatorio Mega Drive Classics podemos jugar a la versión japonesa de Streets of Rage 3, con Ash incluido.

 

Pues en lugar de eso, lo que hemos visto proceder de las modificaciones de M2 ha sido justo lo contrario. En vez de liberar de la censura la versión occidental, se ha censurado la versión japonesa para que Ash desaparezca de ella. Ahora comprendemos mejor por qué Ash es el único personaje de los Streets of Rage originales que no es jugable en Streets of Rage 4, a pesar de que su hueco es claramente visible en el roster de personajes.

 

¿Pero por qué se ha dado este paso atrás? ¿Por qué no hacía delante? En todos estos años no se ha visto absolutamente a nadie protestar por la presencia de Ash en Streets of Rage, más bien al contrario. El personaje siempre ha sido recibido con cariño por el fandom de la saga. ¿Tanto miedo hay de levantar ampollas hoy en día sobre ciertos temas que se deciden recortar los contenidos de un juego de hace casi 30 años?

 

Por descontado que no me voy a meter aquí en cuestiones políticas, pero como fan de Sega y de Streets of Rage me duele que se haga esto. Perder contenido histórico por miedo a lo que pueda pasar. Y si todavía se tratase de algo ofensivo que cierto sector de la población sienta como algo malo, pues adelante, Pero es que es más bien al contrario, es ponerse la venda sobre una herida inexistente. O lo que es peor, para evitar ofender precisamente al bando contrario que es quien no deja de buscar polémicas donde antes no las había.

 

Esto lo convierte en un caso de miedo para evitar represalias, no en un caso de justicia para no ofender con algo que resulta hiriente, y eso es lo triste aquí. No se teme la reacción de quien podría verse afectado, sino la de quién busca ofender a ese mismo sector de población. Es decir, no darles más gasolina que poder echar al fuego.

 

El roster de personajes de Streets of Rage 4 quedó asimétrico por la ausencia de Ash.

La decisión de Sega no deja de ser comprensible, es lo que hacen muchas compañías hoy en día, evitar pillarse los dedos con temas delicados. Pero como ya digo, no deja de ser una lástima que la censura se extienda en vez de que retroceda. Y encima por motivos oscuros que no son los que deberían ser.

 

Por suerte nos queda el Mega Drive Classics para poder jugar con Ash, pero ahora cabe preguntarse si Sega volverá a sacar la tijera la próxima vez que reedite Streets of Rage 3. De momento ya nos hemos quedado definitivamente sin Ash en la cuarta entrega.

 

Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.