Opinión: Nintenboom




La gran N se ha convertido en una marca de moda, ¿es eso bueno?

En los últimos años hemos experimentado un cambio bastante notable en la forma de operar de Nintendo. Si no nos fijamos, el cambio puede pasar de forma casi imperceptible, pero basta con comparar la Nintendo actual con la de hace unos años, para darse cuenta de que algo ha cambiado y mucho.

Todos sabemos ya como era Nintendo antes, ¿pero cómo es ahora? ¿Sigue siendo igual? Para bien o para mal, la respuesta es no. Hoy en día nos encontramos con una Nintendo que, a veces sin proponérselo, se ha acabado convirtiendo en una compañía de modas y tendencias. Cuando uno de sus productos casa con la moda del momento, triunfa. Pero cuando no, nos encontramos con un descalabro como el de Wii U.

Así funciona la moda, algo está de pronto en boca de todos durante un tiempo, hasta que llega otra moda y la anterior se olvida. Este tipo de tendencias no son ni mucho menos estables o fiables, y que Nintendo se acomode a este método puede ser algo realmente peligroso para la compañía. Y cualquier cosa que le afecte a una compañía de este tamaño, le afecta a toda la industria.

Ahí tenemos fenómenos como el de los amiibo, o el de Pokemon Go. Cosas que a priori pueden confundirse con los antiguos booms de la gran N, cuando fue literalmente salvada por los Pokemon y otros fenómenos del momento. Sin embargo estas modas de ahora son diferentes, ya que tal como vienen se van, generalmente en cuestión de meses. Algo que yo llamo “Nintenboom”.

¿Será este el próximo “Nintenboom”?

Atrás queda ya la locura por los amiibo, la gente peleándose en las tiendas por un muñeco de Kirby, la obsesión por hacerse con todos aunque ni siquiera tuviésemos con que usarlos. Ahora los amiibo se pudren en las estanterías de las tiendas, con grandes carteles de oferta y precios de risa. ¿Cuánto tardó en irse la moda de los amiibo? Apenas unos meses.

Si, en ese tiempo a Nintendo le generó buenos beneficios, ¿pero y ahora qué? Nintendo quería usar los amiibo para ayudar a vender sus consolas, cosa que no consiguieron. Apostaría a que el chip NFC del 95% de los amiibo jamás ha sido utilizado. ¿Fueron estas figuritas algo tan bueno para Nintendo como parecía? ¿Era eso lo que ellos querían?

Después llegó Pokemon Go, la locura que ha dejado pequeño a cualquier fenómeno anterior. Si, ya sé que Pokemon Go no es 100% de Nintendo, pero la gran N juega un papel decisivo en él. Y tras la locura inicial, ahora ya nadie habla de Pokemon Go. Otra moda más que se quema en pocos meses y de la que la gente pronto parece aburrirse. Si, ha dejado también sus buenos beneficios económicos, aunque habría que ver cuanto de eso va a parar a Nintendo…

Y ya se atisba por ahí el próximo “Nintenboom”, que no es otro más que la NES Mini. Ya se está matando la gente por reservarla y arrojando fajos de billetes al aire, y a buen seguro que habrá escasez de ellas durante semanas o meses. ¿Pero y luego qué? ¿Otros dos meses de locura y luego acabará de saldo en las tiendas a una fracción de su precio?

¿amiibo? ¿Qué es eso?

Voluntaria o involuntariamente, Nintendo se está acostumbrando demasiado a estos “Nintenboom”. Y mientras se trate de productos menores que se puedan permitir el lujo de vender tan solo un par de meses para luego desaparecer, bien. ¿Pero y si le pasa esto a un producto grande como NX?

Está claro que cuando Nintendo presente por fin su nueva consola, habrá un gran revuelo. Visto lo visto, seguro que despierta muchas más expectativas de las que ha levantado Wii U en toda su corta vida. ¿Pero será algo duradero? ¿O a los dos o tres meses de salir ya nadie la querrá?

Si, no es lo mismo una consola que unos muñecos o un juego de móvil. ¿Pero y si ocurre? Es muy tentador para Nintendo no querer aprovecharse si NX se convierte en un producto de moda, tal y como ya lo fueron en el pasado Wii o DS. Pero viendo el ritmo al que se queman hoy en día las modas nintenderas, eso podría ser nefasto para NX, y por consiguiente para Nintendo. O al menos para sus pretensiones de seguir haciendo consolas.

Ya hemos visto que con esta Nintendo actual, ya no funcionan cosas que en el pasado si funcionaron. Como la exclusividad de Sonic con sus consolas. Es evidente que el éxito no ha acompañado esta vez al erizo tras su fichaje por Nintendo, principalmente por el descalabro en ventas de Wii U. ¿Y si vuelve a pasar lo mismo en NX?

Otro “Nintenboom” sería fatal para NX.

Esperamos que Sega tenga todo esto en cuenta antes de volver a firmar otra exclusiva con esta Nintendo de las modas que hoy tenemos, y lo mismo se le podría aconsejar a toda third party que se haya sentido decepcionada con Wii U. Y lo peor es que veo más probable que Nintendo deje de fabricar consolas, a que deje de tratar de sacar provecho de estas modas.

Todo esto es en gran medida fruto de la sociedad actual que tenemos, una sociedad tendenciosa que se desplaza en manada siguiendo la moda del momento. Que compra productos compulsivamente sin pararse a fijarse en su calidad. Pero que irónicamente luego es la que más protesta por todo. Mientras se es excesivamente crítico con ciertas cosas, con otras basta con un logo bonito, o con que el vecino la quiera, para que la gente arroje fajos de billetes al aire.

Una sociedad de productos “fast food”, en la que no nos pidan pensar demasiado. Se presenta algo complejo o difícil de comprender, y le llueven las piedras. Mientras que triunfa lo simple y sencillo, el producto que podemos consumir rápidamente para poder pasar a otra cosa. Como quién tiene un banquete ante sí, pero deshecha los platos cuidadosamente preparados, para hincharse a chucherías.

Y esto no afecta solo a Nintendo, ni siquiera a la industria en general. Es un problema cada vez más común, en el que se nos lleva de acá para allá cuál rebaño de borregos mientras se nos da la falsa sensación de que realmente estamos escogiendo lo que queremos. ¿Será NX otra victima más de todo esto? Crucemos los dedos para que no sea así.


Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.