Opinión: Sega no es solo Sonic (Dynamite Headdy y Ristar)


Dos estrellas fugaces que intentaron seguir el camino de Sonic.

Se suele hablar con frecuencia de las mascotas de Sega que precedieron a Sonic como emblema de la compañía, pero rara vez se hace alusión a los que trataron de sucederle después, a pesar que no fueron precisamente pocos. Y es que por si esos agoreros que decían que Sonic solo era una moda pasajera, acababan teniendo razón, Sega buscó varias veces tener un as en la manga para reemplazar al erizo en caso de que fuese necesario.

El propio Knuckles fue presentado como una especie de sucesor de Sonic, llegando a publicarse en algunos medios que Sonic & Knuckles sería el título en el que ambos personajes se pasarían el testigo de la compañía. Algo que vino a “confirmarse” un año más tarde con la llegada de Knuckles Chaotix, que presumiblemente sería el primero de los títulos que llegarían con el equidna como nueva mascota.

Dynamite Headdy es la estrella del escenario.

Es bastante probable que detrás de todo esto solo hubiese hábiles estratagemas de marketing, y más tratándose de aquella época. Pero lo cierto es que cada dos por tres aparecía uno de estos nuevos aspirantes llamado a convertirse en el nuevo buque insignia de Sega. Este es el caso de los dos personajes que recordamos hoy: Dynamite Headdy y Ristar. Y es que estos dos héroes tienen en común algo más que el hecho de ser de color amarillo, y de poder estirar alguna parte de su cuerpo para agarrarse a cosas.

Y eso a pesar de que en sus respectivos desarrollos no hubo nada en común, Dynamite Headdy llegaba en 1994 de la mano de Treasure en un juego producido por la propia Sega. Mientras que Ristar llegaría un año más tarde y correría a cargo de buena parte del Sonic Team, que se pasaría años tratando de rescatar los conceptos de aquel “Project Feel” que tan estrechamente estuvo unido a Sonic. De hecho parece ser que el propio Ristar se llegó a plantear como un personaje para los juegos del erizo, de forma similar a lo ocurrido con Knuckles.

Ristar es literalmente una estrella.

De un modo u otro ambos títulos no parecieron conseguir la fama del erizo, ni siquiera a pesar de ser presentados a bombo y platillo en los medios de la época y venir apoyados por una fuerte campaña de marketing. Aquí no se puede hablar ni mucho menos de falta de apoyo, ya que en el caso de Dynamite Headdy se le podía ver hasta en la sopa, llegando incluso a ser el protagonista principal de cierta cinta de música promocional en la que a modo de invitado se incluía también a un tal Sonic.

Además Dynamite Headdy llegó en el que probablemente sea el mejor año de Mega Drive, en medio de una auténtica avalancha de juegazos. Tal vez fuese por esto mismo por lo que no logró una mayor repercusión, dada la cantidad de competidores de gran calidad que tuvo en las tiendas, entre ellos Sonic 3 y Sonic & Knuckles.

Cabezón Mix, imprescindible en el Walkman de todo fan de Sega allá por 1994.

Curiosamente con Ristar fue todo lo contrario, ya que a pesar de que 1995 tampoco fue precisamente un mal año para Mega Drive/Genesis, la gente estaba ya por aquel entonces con la cabeza puesta en la nueva generación de consolas que llegaba. Y así Ristar solo fue una gota más en medio de un océano de juegos de plataformas ya disponibles, con un torbellino de cambio generacional llevándose toda la atención.

Sobra decir que ninguno de estos dos juegos contó con secuela alguna, a pesar de que podrían haberlo hecho perfectamente. Lo único de ellos que podemos encontrar además de sus juegos originales, son sus respectivas conversiones a Game Gear. Y en el caso de Dynamite Headdy también lo pudimos ver pasar fugazmente por Master System gracias a Tec Toy.

La versión para Game Gear de Ristar, ese suelo de cuadraditos me es familiar…

Estas versiones para 8 bits cosecharon diferente resultado, ya que, si bien en el caso de Dynamite Headdy nos encontrábamos con algo bastante recortado con respecto al original, en el de Ristar nos llevamos la grata sorpresa de encontrarnos una versión especialmente adaptada a las limitaciones de Game Gear, con elementos propios que en algunos casos incluso podían superar a los del original.

En ambos títulos nos encontramos con un plataformeo más pausado y propio del género, donde prima bastante la habilidad por encima del espectáculo. Curiosamente las mecánicas de ambos juegos no son muy distintas, si bien su ejecución los hace completamente diferentes. Además ambos estrujan bastante bien el potencial de la máquina, con unos gráficos preciosos, ambientaciones únicas, bandas sonoras inolvidables, y toneladas de jugabilidad.

Las versiones japonesas presentan diferencias incluso en la trama.

En el caso de Dynamite Headdy nos meteremos de lleno en una obra de teatro con marionetas, donde el protagonista trata de acabar con los planes de dominación del malvado Dark Demon. Sin embargo no todo en esta obra estará planificado, ya que de vez en cuando el molesto Trouble Bruin irrumpirá en escena para tratar de arruinar la actuación de su rival Dynamite Headdy.

En el caso de Ristar le tocará un papel de héroe algo más tradicional, atendiendo a una desesperada llamada de socorro desde el otro lado de la galaxia. Ristar es el hijo de un gran héroe famoso en todo el universo, y como tal debe continuar con el legado de su progenitor. Curiosamente en ambos juegos encontramos severas diferencias si jugamos a la versión japonesa, algunas tan importantes que llegan incluso a afectar a la trama.

Ambos juegos están disponibles en el nuevo recopilatorio de Sega.

Dos joyas perdidas en el tiempo que absolutamente nadie a quién le gusten los juegos de plataformas puede dejar pasar. Y además lo tenéis muy fácil si no los conocéis y queréis jugarlos, ya que acaban de regresar en el nuevo Sega Mega Drive/Genesis Classics para PS4, One, y PC. Donde por cierto podréis cambiar la región del juego para disfrutar de las diferencias que ofrece la versión japonesa de cada uno.

Son muchos los que aspiraron al título que ostenta Sonic, antes y después que él. Pero el erizo se ha mantenido imperturbable en su puesto durante 27 años, y eso tiene aún más mérito si tenemos en cuenta la enorme calidad de los que trataron de ocupar su trono. No dejéis pasar la oportunidad de conocer a estas dos mascotas perdidas en el tiempo, pues al igual que Sonic son iconos de una época muy especial, y grandes estrellas que brillan con luz propia en el firmamento de Sega.

Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.