Opinión: Otro “what if” de Sega

 


El nómada que no llegó muy lejos

 

En el anterior artículo hicimos un peculiar repaso por una posible historia alternativa, un “what if” donde nos preguntábamos qué podría haber pasado si Saturn hubiese logrado sobrevivir un par de años más. Como ya dije entonces, con ello no pretendo culpar a nadie a toro pasado, ni tampoco busco el clásico lloriqueo de fan de lo que pudo haber sido y no fue. Simplemente se trata de un ejercicio de “curiosidad científica”.

 

Y es que se suelen recordar con excesiva frecuencia algunos de los errores que ha cometido Sega a lo largo de su historia, incluidos algunos que realmente no son tal, o que se han exagerado sobremanera durante décadas. Al mismo tiempo y de forma muy curiosa, hay otros “deslices” de la compañía de los que nadie habla nunca, y que a la hora de analizarlos pueden llegar a ser tan importantes, o incluso más, que otros con los que se nos machaca continuamente.

 

Esta lista de deslices en la sombra no es mayor que las de cualquier otra compañía similar, sin embargo no quedan demasiadas ganas de hablar de ellos, o pararse a analizarlos, cuando de una forma continua y sangrante se le recriminan a Sega los mismos cuatro errores de siempre. Es decir, que bastante se critican ya los errores de Sega en el pasado, como para encima arrojar luz sobre otros casos, aunque esto sea algo de lo que ninguna compañía se libre.

 

Este error en concreto podría ser comparable nada menos que al de Nintendo con Virtual Boy, ya que se trata también de una importante apuesta portátil para la siguiente generación que no llegó a dar los frutos deseados. Por supuesto hablo de Nomad, la versión portátil de Mega Drive/Genesis que solamente llegó a salir a la venta en América, una consola conocida durante su desarrollo como “Proyecto Venus”.

 

El prototipo de Nomad que revelaba Sega hace unas semanas.

¿Fue Nomad un error? No, ni mucho menos. Más bien todo lo contrario, y precisamente es ahí donde está el error, al no haber sido capaces de aprovechar un producto tan endiabladamente interesante. Virtual Boy no tuvo suerte por méritos propios, pero en el caso de Nomad, fue la propia Sega la que acabó con ella.

 

¿Los motivos? Se habla de que los costes de fabricación eran demasiado elevados. ¿Pero qué consola no sufre esto en sus comienzos? Hasta a Sony le está ocurriendo con PlayStation 5… Está claro que Nomad iba muy por delante de su tiempo, pero tarde o temprano tenía que haber resultado rentable, aunque solo sea por la venta de cartuchos.

 

Tratemos de ponernos en situación teniendo en cuenta que Nomad salió en 1995, parémonos a pensar por un momento en lo que una máquina así suponía en aquel entonces. Nomad no solo era de lejos la portátil más potente del mercado, sino que lo seguiría siendo hasta que llegase Game Boy Advance muchos años después. Y, aun así, Nomad todavía era capaz de superar a GBA en más de un aspecto…

 

¿Jugar a Virtua Racing en una portátil en 1995? ¿Quién no querría eso? La fórmula es la misma que empleó Sega con Game Gear y Master System, solo que en esta ocasión los cartuchos eran exactamente los mismos que los de Mega Drive/Genesis, lo que garantizaba un 100% de compatibilidad entre portátil y sobremesa sin necesitar siquiera adaptadores.

 

La pareja Master System/Game Gear nos dio muchas alegrías.

Nomad contaba de inicio con todo el catálogo de la 16 bits de Sega, y lo que es mejor, habría permitido que Mega Drive/Genesis continuase recibiendo juegos mucho más allá de su periodo de vida activa, tal y como ocurrió con Master System y Game Gear. El desarrollo de estos juegos habría sido cada vez menos costoso, y los usuarios de la consola de sobremesa habrían recibido de muy buen agrado los nuevos cartuchos, incluso aunque hubiesen llegado bajo el nombre de “Nomad”.

 

Parémonos por un momento a meditar sobre las posibilidades, por ejemplo en las versiones “portátiles” de 16 bits de juegos como Sonic R, Nights, o Resident Evil (para esto último nos puede venir muy bien el actual “demake” para Mega Drive que se está haciendo del primer Resident Evil). O también títulos nuevos, como Sonic the Hedgehog 4, Streets of Rage 4, y otros muchos juegos que podrían haber salido así en su momento aunque no pudieran hacerlo en Saturn.

 

¿Y si nos fuésemos un poco más allá y planteásemos que Nomad no hubiera sido tan solo la compañera portátil de Saturn, sino también la de Dreamcast? ¿Os imagináis una versión 2D de Sonic Adventure? Hasta se podrían haber interconectado ambas consolas de algún modo, tal y como ocurría entre Dreamcast y Neo Geo Pocket.

 

Claro está que entonces nadie podía predecir que las portátiles fuesen a dar el salto que dieron gracias al fenómeno Pokémon. A Nintendo desde luego le salió la jugada redonda, pero si Sega hubiese mantenido la Nomad, perfectamente podría haber hecho su propio “Pokémon”. Título que se habría beneficiado de un apartado técnico muy superior, y que tal vez podría haber contado con alguna franquicia como Digimon de su parte…

 

Las portátiles fueron una importante tabla de salvación para Nintendo en las épocas de Nintendo 64 y Game Cube, y lo siguen siendo hoy en día. ¿Podría haberse apoyado también Sega en ese mercado? Tal vez el empuje no habría sido mucho, pues seguramente Dreamcast habría sido igualmente su última consola. Pero quizá les podría haber venido bien ese apoyo extra durante esos años, por no mencionar el enorme bien que le habría hecho a su imagen el mantener viva a Mega Drive/Genesis hasta bien entrados los años 2000.

 

La pareja perfecta para Saturn, y la mejor inyección de vida para Mega Drive.

Todo esto suena muy bien, pero también es cierto que esto habría obligado a Sega a bifurcar recursos manteniendo su división de portátiles activa, lo que podría haber supuesto menos juegos para Saturn y Dreamcast. ¿Habría sido más rentable un Sonic the Hedgehog 4 que un Nights? Quién sabe… Lo que si está claro es que el primero habría sido mucho más fácil y barato de desarrollar.

 

Nomad era un producto formidable, una consola que funcionaba perfectamente como portátil o sobremesa, y sin soportes raros ni parafernalias. Permitía jugar a dos jugadores en una misma consola, simplemente conectando un mando extra. Y la calidad de su pantalla era superior a la de Game Gear. Quizá los únicos puntos negativos habrían vuelto a ser el tamaño y las pilas, pero con el tiempo podría haber tenido algún rediseño, tal vez parecido a ese bello prototipo que Sega nos ha desvelado en fechas recientes.

 

En cualquier caso, habría sido un precio que muchos habríamos estado dispuestos a pagar por disfrutar de la portátil más alucinante del momento. Y esto es algo que os puedo confirmar de primera mano, pues aunque Nomad no llegó a mis manos hasta unos años más tarde, incluso entonces seguía siendo alucinante y se mantenía sin competencia a la vista.

 

Puede que en algún lugar exista una línea temporal alternativa en la que Sega decidió mantener su apuesta por Nomad, y a saber cómo habría resultado aquello… En cualquier caso, no se puede negar la bella pareja que hace con Saturn, y lo alucinante que era disponer de una Mega Drive/Genesis portátil a mediados de los 90. Un concepto que incluso hoy en día sigue resultando interesante, hasta el punto de que Retro Bit tiene planes de lanzar una nueva versión de esta portátil con licencia oficial de Sega. ¿Queréis una?


El prototipo de la nueva Nomad de Retro Bit. ¿Llegará a las tiendas?

Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.