Opinión: El mundo en tus mandos
Mandos: Esas cosas
con botones que hacen que los juegos sean juegos
Estás en casa, sentado frente al televisor. Alguien viene, y
al momento sabe que no estas viendo una película o la tele normal, porque en
tus manos hay un pequeño dispositivo que no es precisamente para cambiar de
canal. Es el mando de control, ese viejo amigo que nos ha acompañado desde
siempre y sin el que los juegos no serían juegos. No importa que este integrado
en la consola, o en un arcade, o incluso que esté en el teclado y el ratón de
un ordenador. Hasta puede que ni siquiera tenga botones y haya que manejarlo
con nuestro movimiento o tocando una pantalla táctil.
Ese dispositivo es el punto de unión entre nosotros, y el
juego que estamos jugando. Sin él, simplemente nos limitaríamos a observar la
pantalla como si fuera una película. Algo que hoy en día cada vez se hace más,
haciendo que los juegos dejen precisamente de ser juegos. Se trata de una pieza
clave para este mundillo, que ha evolucionado y cambiado de mil maneras a lo
largo de décadas. Pero de la que sin embargo no se suele hablar tanto como de
otras cosas, no más allá de las típicas listas de “lo mejor”, “lo peor”, que
personalmente tanto detesto.
Por las manos de quien escribe estas líneas han pasado
muchos mandos, de todo tamaño y color, unos más o menos complejos que otros. Y
por esto he acabado desarrollando la capacidad de acostumbrarme rápidamente al
cambio de uno a otro. De hecho me supone una mayor dificultad acostumbrarme a
diferentes configuraciones de botones al pasar de un juego a otro con el mismo
mando, que al pasar de un mando de hace 30 años a uno de ahora. Unos responden
mejor en unos aspectos, otros en otros. Pero cada mando suele ofrecer su propia
experiencia, dándole personalidad al sistema donde jugamos.
Aún recuerdo la quemadura circular que me dejó en la palma
de la mano el joystick del arcade de Los Simpsons de Konami, un círculo
perfecto como marca de la cantidad de horas que dedique a aquel juegazo. O las
cientos de horas con un Wiimote de Wii en las manos, haciendo ejercicio de puntería
sobre la pantalla. O el caos de cables que se organizaba cuando usabas un
adaptador para varios jugadores. De cada mando podría contar varias anécdotas,
unas de grato recuerdo, y otras no tanto.
Hay mandos que “marcan”. |
Seguro que vosotros también tenéis mil historias que contar
sobre mandos, y os animo a hacerlo en los comentarios. Así se demuestra que los
mandos son una parte importantísima del mundo del videojuego, que no siempre
recibe la atención que merece. Un mal mando puede arruinarte un gran juego, o
ni siquiera hace falta que sea malo, simplemente basta con que no logremos
adaptarnos a él.
A lo largo de la historia se han inventado toda clase de
dispositivos locos para jugar: Bates de béisbol, pistolas, cañas de pescar,
detectores de movimiento, guantes, bazookas, e incluso Nintendo estuvo apunto
de sacar una maquina de coser. ¿Para Wii? Pues no, para NES. Algunas de estas
locas ideas han funcionado, pero casi todas se estrellaron bien pronto. Y es
que la mayoría de los usuarios suele seguir prefiriendo jugar con un buen mando
de toda la vida entre las manos.
Miyamoto decía hace unos años que se podía jugar a cualquier
cosa con la combinación del stick analógico y un solo botón. Pero cualquiera que
sea habitual de los juegos de lucha, seguro que le llevaría la contraria sin
dudarlo. Quizá no se pueda jugar a todo con esa simplicidad de controles, pero
si que se pueden hacer muchas cosas. Antiguamente los controles se bastaban con
un par de botones y una cruz de control, pero a medida que aumentó la
complejidad de los juegos, se hizo necesaria también una mayor complejidad del
mando.
El peculiar mando de |
La ergonomía, el peso, incluso el tacto. Son muchos los
factores importantes a la hora de valorar un mando. Y algunos de estos factores
son más bien subjetivos, como preferir que los botones sean duros, o más suaves
al pulsar. Son muchas las cosas que pueden salir bien o mal en un mando, y su
importancia es crucial. Pero a pesar de esto nadie les presta mucha atención,
las compañías rara vez hablan de mandos, salvo para decirnos que ha salido una
edición especial de otro color.
Cuando sale una consola nueva, corren ríos de tinta sobre
sus especificaciones de hardware y demás, pero no se suele hablar de mandos a
no ser que tenga un protagonismo clave en la propia consola, como es el caso de
Nintendo en los últimos años. De hecho Nintendo hace todo lo contrario y le
presta tal vez demasiada atención a los controles, pues todos recordamos la
presentación de Wii U en la que lo único que vimos fue el Gamepad. De hecho en
el caso de Wii U casi parece que compramos el mando, y la consola es algo añadido,
lo que ha hecho que más de uno no se sienta atraído por la maquina.
A esto hay que sumarle el caos de mandos que hay en Wii U,
probablemente ninguna otra consola de la historia haya tenido tantos mandos
distintos. Lo que ha provocado la confusión entre los usuarios, incluso en los
que llevamos unos años en esto. La sensación de comprar un juego de Wii U,
llegar a casa, y ver que el mando con el que esperábamos jugarlo no es
compatible, a pesar de que incluso en la caja diga que lo es, es algo tristemente
habitual para los usuarios de esta consola.
La presentación de Wii U. O mejor dicho, del mando de Wii U… |
Ahí tenemos el caso reciente de Star Fox Zero, donde el
intentar meter a la fuerza un nuevo tipo de control donde en realidad no hacía
falta, ha dejado a muchos usuarios descontentos. Puede que sea solo cuestión de
acostumbrarse, pero a nadie le gusta tener que luchar con los controles de algo
que se supone debe divertir sin complicaciones. Incluso Sonic ha sufrido esto, pues
aún duele lo que le hicieron a Sonic Free Riders... O que las cajas de Sonic
Lost World y de Sonic Boom Rise of Lyric digan claramente que son compatibles
con el Pro Controller de Wii u, cuando en realidad solo sirve para el segundo
jugador.
La clave quizá estaría en algo intermedio, ni volverse locos
los controles como hace Nintendo, ni olvidarse de ellos como hacen otras. Y
luego tenemos el caso de Sony con su Dual Shock 4, que se suponía una
revolución en varios aspectos, pero que después se acaba usando como un mando
normal. Peor aún, esas novedades que apenas se utilizan son la excusa para que
el mando de PS3 no sea compatible, obligándonos a comprar si o si un caro Dual
Shock 4 para poder disfrutar de eso que parece estar en peligro de extinción:
El multijugador local.
Y Microsoft ha hecho prácticamente lo mismo con One (por no
mencionar lo de Kinect), solo que en su caso se comprende menos aún que los
mandos de 360 no vayan en One, ya que prácticamente tienen las mismas funciones
(aunque hubiese habido que usarlo con cable). Encarecer los mandos y limitar
sus opciones, tampoco es bueno. Y como siempre digo; la solución es tan simple
como buscar un punto intermedio. Claro que si hablamos de mandos encarecidos, la
palma se la lleva Wii U. Ya que si se te rompe el Gamepad, directamente debes
comprar otra consola debido a que los mandos ni siquiera se venden por
separado.
Todos tenemos nuestros mandos favoritos. ¿Cuáles son los vuestros? |
Las opiniones vertidas en esta columna son de
exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan
necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.