Opinión: La guerra del marketing ha vuelto



La segunda guerra de las consolas ya ha comenzado.

Seguro que ya habéis oído hablar mil veces sobre la llamada “guerra de las consolas”, tema del que incluso se han escrito varios libros y hasta hay en camino una película. Pero hoy no va a hacer falta que volvamos la vista hacía el pasado, si no más bien hacía el presente y el futuro.

¿Podría haber una segunda guerra de consolas? Nah, si las compañías ahora se llevan bien ¿verdad? Cada una tiene su propio mercado y no necesitan atacarse las unas a las otras ¿no? Pues no, una segunda guerra de consolas es más que posible, y de hecho me temo que ya estamos metidos de lleno en ella desde hace algunos años…

Tal vez no se vea el menor indicio de que estamos ante algo parecido a lo de los 90, pero eso se debe fundamentalmente a dos cambios respecto a las batallitas del abuelo de antaño. La primera es que esta vez no atañe únicamente a las consolas, el PC y los móviles también están metidos en esto. Diferencia no muy importante, pero que merece ser destacada.

La segunda si que es importante, y bastante, pues mientras que aquella primera guerra de consolas era entre compañías, con los correspondientes fanboys discutiendo en el patio del colegio, esta vez la guerra es nada menos que entre compañías y usuarios. Si, tal cuál.

¿Y esto en base a qué? Os preguntareis. Pues todo es el resultado de algo que algunos llevamos años avisando, años de odio y bilis en las redes que tarde o temprano iban a traernos consecuencias. Un ataque incesante por parte de ciertos medios y usuarios que las compañías ya estaban tardando demasiado en responder tendiendo en cuenta los graves daños que les causaban.

Ya he hablado de ello aquí muchas veces, no voy a andar repitiendo lo mismo. Pero por resumir rápidamente, todos estos años de lanzar mierda por Internet ante el más mínimo contratiempo parecen haber acabado con la paciencia de algunas compañías, y cada vez se suman más a la causa.

¿Pero cómo puede una empresa combatir esto? Cerrar canales de Youtube, poner demandas, o insultar a estos usuarios y medios problemáticos en su cara, no son buenas estrategias. A pesar de que alguna ya lo haya hecho, o intentado hacer, fruto de la frustración. Sin embargo las compañías cuentan a su favor con una poderosa arma, algo que les funciona de maravilla a empresas tanto dentro como fuera del mundo del videojuego desde hace más de un siglo.

Tan viejo como efectivo.

Curiosamente se trata de la misma arma que provocó la primera guerra de consolas allá en los 90, una tan poderosa que incluso hoy en día seguimos sufriendo sus efectos. Esa arma tan peligrosa se llama “marketing”. El mismo marketing que fue capaz de hacer que un crío se convirtiese en una especie de “soldado” de una marca hace más de un cuarto de siglo, y aún hoy en día siga con el cerebro lavado por ello.

Que nadie se tome el marketing a broma, es una herramienta muy poderosa en manos de las compañías, e incluso peligrosa si cae en manos sin escrúpulos. De hecho no causa daños más graves a la sociedad porque existe cierta ética a la hora de usarlo, algo que no siempre ha sido así, y si no basta con que investiguéis un poco sobre cosas como la “publicidad subliminal”.

¿Pero verdad son capaces de manipular a las masas sin que se den cuenta? Pues si, y de hecho es algo que vemos a diario y pasa desapercibido. Cada vez es mayor el descaro con el que se dicta sentencia sobre un juego prácticamente desde que es anunciado. Basta con que algunos medios/youtubers dictaminen que el juego es bueno/malo para que eso perdure hasta décadas después de haber salido a la venta dicho juego.

Se inicia así una bola de nieve que va arrasando Internet a su paso, haciendo que gente a la que ni siquiera le llamaba la atención una franquicia, de pronto se aficione a ella. O que se aleje de una saga que lleva siguiendo toda la vida sin siquiera molestarse en probar el juego que supuestamente le ha alejado de ella.

Cada vez son más notables las tendencias por las que se rige esta industria, siendo fácil predecir si un juego va a ser bien recibido o no, al margen de su calidad real. ¿Pero cómo iban a poder usar las compañías a su favor algo que les perjudica? Muy sencillo, atajando el problema en su raíz. Pero en lugar de cerrarle el canal a ese youtuber bocazas que supuestamente todo el mundo tanto odia a pesar de tener millones de suscriptores, es mucho más efectivo ponerlo de su parte.

Una acción agresiva conllevaría una mala imagen para la compañía, sin embargo unos generosos regalos, o un jugoso cheque, pueden ser más que suficientes para que ese individuo capaz de mover masas, diga que un juego es el mejor de toda la historia por mucho que en verdad piense todo lo contrario.

“Ten a tus amigos cerca, y a tus enemigos aún más cerca.”

Y así pasa lo que pasa, productos mediocres de calidad más que dudosa que se convierten en el objeto de deseo de moda de las masas, mientras que otros de mucha mayor calidad pasan sin pena ni gloria, o peor aún, son apaleados injustamente. Aquel que controle las masas, tendrá el poder para hacer que estas hagan lo que él quiera.

La inversión en marketing de las compañías de juegos ha aumentado notablemente, no solo poniendo de su parte a aquellos que les pueden perjudicar, si no también con marketing más tradicional. Anuncios por todas partes, estrellas del cine o el deporte apoyando el producto, o realizando grandes eventos. Cosas que siempre han estado ahí, pero en las que ahora se invierte más que nunca.

¿Y de donde sale todo ese dinero extra para marketing? Pues parece que muchas veces sale del coste de desarrollo del propio juego. Así pasa luego lo que pasa, que los juegos cada vez traen menos contenido y te los acabas antes. Total, qué más da que te pases un juego en una tarde, si un par de días después de salir ya estarás hablando de otro juego de moda distinto…

Pero hay más formas con las que las compañías pueden aumentar sus beneficios, o costear este marketing desmedido, como acortando los tiempos de desarrollo, despidiendo empleados, acabando con el costoso betatesting (luego vienen los juegos comidos de bugs…), o lo que es peor, buscando nuevas formas de exprimir al usuario.

Así por ejemplo a los ya habituales DLC’s, pases de temporada, medidas contra la venta de juegos usados, y ediciones coleccionistas a cada cuál más ostentosa y cara. Se suman nuevas medidas, algunas heredadas de los juegos de móviles, como los micropagos, o las últimamente tan traídas “loot boxes”. Medidas que en algunos casos no dudan en cruzar la línea entre el juego de azar o “gambling”, tonteando peligrosamente con cosas tan serias como la ludopatía.

Quizá dentro de unos años publiquen la secuela…

Nos hemos pasado años poniendo a prueba la paciencia de las compañías, y algunas de ellas están decidiendo aparcar su ética y hacer todo lo que sea necesario para seguir en el negocio. Una situación muy peligrosa que nos lleva a un escenario poco agradable, donde a lo mejor los usuarios acabamos dándonos cuenta por la vía dura de que no tenemos la sartén tan por el mango como creíamos…

En una sociedad a merced de Internet, las viejas técnicas de marketing y lavado de cerebro se vuelven más peligrosas y efectivas que nunca. La única solución ante esto es empezar a actuar con un poco de cabeza, no dejándonos arrastrar por la masa borrega y molestándonos en analizar las cosas y pensar por nosotros mismos antes de actuar. Es la única forma de protegerse ante todo esto, tanto dentro como fuera del mundo del videojuego.


Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.