Opinión: La familia feliz



Cuando hay buen ambiente se pueden hacer grandes cosas.

Aunque tradicionalmente se ha perpetuado la idea de que cuando se quiere que un grupo de personas haga algo bien hay que “sacar el látigo”, está más que demostrado que un mal ambiente de trabajo es altamente contraproducente, especialmente en el ámbito del ocio que es el que nos toca aquí.

Hacer un videojuego es un trabajo muy duro que por lo general no suele recibir la gratitud que se merece, por lo que es importante que los desarrolladores tengan un buen ambiente de trabajo que compense el desgate moral de tan sufrida profesión. Y más en estos tiempos, donde el desarrollador está plenamente expuesto a la opinión pública.

Naturalmente en la historia habrá habido de todo, más de un gran juego habrá salido a pesar de (o gracias a) un ambiente de trabajo complicado. Pero de una forma u otra, y por mucho que se quiera, esto acaba afectando al desarrollo del producto. Básicamente porque un videojuego es algo creado para divertir, y si quién lo hace no se divierte haciéndolo, quieras o no eso se nota en mayor o menor medida en el producto final.

¿Y por qué os cuento todo esto? Porque para fortuna nuestra como fans de Sonic, actualmente parece haber un ambiente francamente bueno entre las filas de Sega, tanto como no se había visto en mucho tiempo. Probablemente haya que remontarse a la época en la que Sega hacía consolas, para encontrar un buen ambiente como este.

El miembro número 1 del club de fans de Iizuka.

Si, siempre ha habido y habrá problemas. Pero en su época más dorada, en Sega se notaba que buena parte de sus empleados disfrutaba con lo que hacía, lo que quedaba plasmado en sus gamberras campañas de marketing. Una compañía de gente seria y triste no hace ese tipo de publicidad, hace falta un ambiente especial.

Este “buen rollo” es un caldo de cultivo estupendo para que se hagan grandes cosas, la gente trabaja con más ánimo y alegría, y eso acaba notándose en sus productos. Está demostrado que un buen ambiente de trabajo mejora la productividad, pero no siempre es algo fácil de conseguir.

Además en una industria tan expuesta al público como esta, ese buen ambiente se acaba contagiando a los usuarios, y usuario feliz, usuario que tolera mejor los posibles problemas que vayan surgiendo y que comprará más tus productos. Esto es básicamente lo que nos estamos encontrando hoy en día en Sega, y eso es muy buena noticia.

Nuestro querido Aaron Webber sabe muy bien cómo funciona todo esto, y ya sea desde las cuentas oficiales de Sonic de las redes sociales, o desde un anuncio claramente inspirado en aquellos locos tiempos de principios de los 90, él sabe bien cómo ganarse a la gente y generar un buen ambiente.

Todo esto se contagia al resto de la compañía, baste como prueba la felicidad con la que Hoshino (equipado con una camiseta del club de fans de Iizuka) nos vende lleno de alegría la edición coleccionista del nuevo Sonic Mania. Ahora en Sega saben que esto es lo que nos gusta a sus seguidores, y que este ambiente divertido ayuda a atraer nuevos fans, tal y como nos reclutó a muchos a principios de los 90.

Aaron Webber, el eje de esta gran familia.

Recordemos que todo el desarrollo de Sonic Mania está bien empapado de todo esto, y eso es algo francamente bueno. Además, como digo se está haciendo extensivo a toda Sega, por lo que probablemente todo (o casi todo) producto relacionado con Sonic se beneficiará de ello.

Esto también ayuda a aislar a los haters, ya que cuando uno se lo está pasando bien, la acción de estos individuos pasa más desapercibida. En general todo son ventajas, y aunque aún pueden aparecer problemas, cuando se está con ánimo y de buen humor resulta más fácil solucionarlos.

Ya hemos sufrido bastantes épocas de pasarlo mal, de juegos con problemas durante su desarrollo, y de mal ambiente en general. Se agradece bastante poder volver a divertirse con todo esto, incluso más allá de lo que son los propios juegos. Porque al fin y al cabo para eso sirven los juegos, para divertirse y evadirse un poco de problemas de la vida más serios.

Incluso Nintendo se apuntó a esto en los últimos años del mandato de Iwata, mientras que actualmente encontramos a una Nintendo mucho más seria que hasta se enfrenta a sus propios fans. Todo el tema de la retirada de fangames y similares gira también entorno a esto, mientras que ya veis cómo se toman el asunto en Sega. Esperamos que Nintendo recupere también este ambiente desenfadado, porque se empieza a echar bastante de menos.

Ojala que esta nueva Sega del “buen rollo” siga ahí por mucho tiempo, y no sea algo pasajero. Es algo que todos necesitábamos, tanto los fans, como la gente que trabaja en la compañía. Y además es algo que ayudó enormemente a que Sega se convirtiese en lo que muchos de nosotros amamos.

No todas las familias están tan bien avenidas…

Ah, y que no se os olvide que en este buen ambiente también participamos activamente los fans, por lo que si queremos que la cosa siga así, nosotros mismos también debemos predicar con el ejemplo. ¿Cómo? Pues simplemente pasándonoslo bien junto con la gente que hace nuestros juegos, y reservando las quejas solo para cuando realmente sean necesarias. No es algo tan difícil de hacer, y sus beneficios los notaremos todos.



Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.