ANALISIS: Sonic Forces
13 noviembre, 2017
11:56
Etiquetas: Analisis , Nintendo Switch , PC , PS4 , Sonic Forces , Sonic Team , Xbox One
Etiquetas: Analisis , Nintendo Switch , PC , PS4 , Sonic Forces , Sonic Team , Xbox One
"¡Ya tenía yo ganas de partir cabezas!"
La espera por fin ha terminado. Cuatro años han pasado desde el último título principal de la saga (si no contamos Sonic Mania como principal, claro), algo que no pasaba desde los noventa. ¿Ha merecido la pena la espera para el nuevo gran título del Sonic Team?
Sonic Forces nos presenta una vuelta a la jugabilidad boost introducida en 2008 por Sonic Unleashed, junto a una historia más seria y oscura, algo que no se veía en la saga desde 2009 con Sonic y el Caballero Negro. A esta mezcla le tenemos que añadir una dosis de Sonic Clásico, y un componente totalmente nuevo basado en la edición de nuestro propio protagonista. Vamos por partes para ver como es el resultado de esta receta que ha usado el Sonic Team.
La historia nos sitúa en un mundo en el que Sonic ha sido derrotado, y los demás personajes han tenido que formar una resistencia para luchar por lo poco que queda de mundo sin conquistar por Eggman. Sonic Clásico aparece en la lucha continuando directamente desde Mania (muy recomendable jugar ese juego antes de entrar a Forces, ya que las tramas están conectadas), y un nuevo recluta, el "novato" como le llaman, que se une a la resistencia tras sobrevivir uno de los ataques más fuertes de Eggman a su ciudad.
Con esta trama el Sonic Team ha querido claramente volver a una época más cercana a los comienzos de la década de los 2000, con un tono mucho más serio (no por ello malo, y tiene sus puntos cómicos y desenfadados para dar un respiro de vez en cuando) y con muchos personajes en lugar de limitar la acción a Sonic y Tails. Sin duda es un cambio importante después de tantas historias seguidas en un tono más infantil y un desarrollo más simple. Como única pega, diría que algunos puntos bastante importantes de la trama se dejan fuera del propio juego. Para entender las intenciones completas de Infinite (el nuevo villano del juego) o por qué Silver ha regresado de su futuro tendremos que ver los cómics gratuitos que el Sonic Team lanzó previos al lanzamiento del juego. Aún con eso, la historia hará las delicias de aquellos fans que echaban en falta las historias del erizo de hace unos años, en las que todo tenía una seriedad y una escala mayor.
Los gráficos son otro de los puntos más fuertes del juego. Corre a 60 fps en las versiones de PS4, Xbox One y PC y 30 fps en Switch y llegando a mostrarse a resolución 4K en PS4 Pro y Xbox One X. Sonic Forces usa un nuevo motor llamado Hedgehog Engine 2, versión mejorada del motor usado en Unleashed, Generations y Lost World. Los personajes se ven de lujo con unos modelados y animaciones muy buenos, y el juego goza también de los mejores efectos de luces que ha habido en la saga hasta ahora.
Los escenarios son sin duda lo que mejor parado sale de este motor gráfico, con una iluminación preciosa y detalles en cada esquina. En esto también influye la dirección tan cinematográfica que el juego ha perseguido (más sobre esto cuando hablemos de la jugabilidad). Mientras vas corriendo por los niveles siempre habrá algo de lo que estar pendiente, como una batalla de flotas de naves enteras, misiles cayendo del cielo, robots Death Egg destruyendo edificios, e incluso personajes interactuando contigo mismo.
Pasando a lo que el juego ofrece jugablemente, nos encontramos con el primer título en años en tener más de dos estilos jugables dentro de sí mismo, otro elemento más sacado de la era de los 2000.
Con Sonic moderno tenemos la jugabilidad boost que conocemos desde 2008, con algunos refinamientos para hacerla aún más fluída de lo que era antes. Esto también trae consigo algunos problemas, como la abundancia de pasillos en los que la mayor parte de las veces nos limitaremos a apretar el turbo y arrasar con lo que tenemos delante sin preocuparnos demasiado, o una gran cantidad de zonas 2D centradas más en plataformeo hecho a base de bloques genéricos, algo de lo que ya pecaba Sonic Colours y que aquí, aunque en menor medida, también ocurre. Dicho esto, el juego no tarda empezar a exigir algo más de habilidad por parte del jugador si quiere explorar. Si alguien quiere simplemente disfrutar corriendo a tope y arransando enemigos de adorno, puede hacerlo, pero el juego ofrece multitud de caminos alternativos en la mayoría de fases (sobretodo conforme más avanzas), llegando a tener algunas de las fases más abiertas que se han visto en la saga en años.
Sonic clásico por su parte nos ofrece como era de esperar algo enteramente 2D en términos jugables, prácticamente idéntico a lo que se vió en Generations pero con la adición de alguna novedad mínima como el Drop Dash de Sonic Mania. Más allá de esto, si habéis jugado a Generations sabréis lo que esperar. Por desgracia, aunque se le parece, no llega a Generations en el nivel de profundidad que ofrece esta vez, dando la sensación de que esta parte del juego ha sido más bien un añadido de última hora queriendo atraer la atención de aquellas personas que no han querido saltar a la era 3D de la saga en su día. Esto es también apoyado por la falta de importancia de Classic en la trama, aunque no hablaremos mucho sobre esto para evitar spoilers. En general, la presencia del erizo rechoncho en el título, aunque cumple, no consigue más que dejar una sensación de que "sobra".
El tercer estilo jugable es sin duda donde la mayor parte de esfuerzo y dedicación fueron a parar, y es que el Avatar es el principal punto fuerte del juego. Además de los dos Sonic, podremos manejar a un nuevo personaje con la peculiaridad de que lo diseñamos nosotros mismos, eligiendo una de las siete posibles especies animales (a elegir entre erizo, perro, gato, oso, pájaro, lobo o conejo) y cerca de 1000 piezas de ropa, peinados y accesorios (que iremos desbloqueando conforme avancemos, no todo está desde el principio).
Jugablemente es parecido a Sonic moderno, pero sin el turbo y con algunos cambios pequeños. Por ejemplo, el ataque teledirigido es más lento. Pensad en como se diferencian jugablemente Sonic y Shadow en Sonic 06. Además de esto cuenta con un gancho para balancearse en ciertos puntos de los niveles, y como atracción principal tenemos los Wispons, esto es, armas que podremos equiparnos y que además podremos potenciar con Wisps repartidos por las fases. Por ejemplo, usando el Wispon de relámpago podremos atacar a nuestros enemigos con un látigo eléctrico usando el gatillo derecho, y si recogemos un Wisp de relámpago podremos hacer además un Light Dash a través de cadenas tanto de anillos como de enemigos. Esto le da un factor estratégico al juego a la vez que potencia la rejugabilidad, ya que solo podemos equiparnos una Wispon en cada fase. Si tenemos el Wispon relámpago y hay una ruta en la que necesitamos el Wispon ardor, tendremos que repetir la fase más tarde con ese otro arma para explorarla. Personalmente, Avatar ha sido una grata sorpresa, siendo probablemente mi parte favorita del juego, rivalizando con el propio Sonic moderno.
Además de estos tres estilos, tenemos un cuarto llamado Tag Team. En estas fases manejaremos a la vez a Sonic moderno y al Avatar como si de Sonic Heroes o Sonic Advance 3 se tratase. Podremos usar las virtudes de ambos personajes al mismo tiempo, arrasando enemigos con el turbo de Sonic y descubriendo nuevas rutas con las Wispon del Avatar. Más allá de eso no ofrece nada nuevo, a excepción del Doble Turbo, secciones automáticas en las que ambos personajes realizan un turbo super potente.
La duración del juego es bastante reducida si solo queremos ver la historia principal. Cuenta con 30 fases, jefes incluídos, que por desgracia acaban sabiendo a poco ya que la duración de las mismas es bastante escasa. La mayoría pueden acabarse en menos de 2 minutos si tienes algo de experiencia en este tipo de juegos de Sonic de antemano. Este es uno de los grandes problemas del juego, ya que muchos níveles nos presentan situaciones geniales y hasta emocionantes, que terminan abruptamente antes de que puedas llegar a saborearlas del todo. Claro, hay contenido extra para aumentar la duración del juego: Fases secretas con mecánicas diferentes a las explotadas en las principales, coleccionables como los ya conocidos Anillos Estrella Roja, o el DLC gratuito de Episode Shadow, pero aún así el juego puede acabar relativamente rápido y dejándonos con ganas de más en lugar de satisfacer lo que él mismo parece ofrecernos.
Aquí vuelve de nuevo lo que antes mencioné sobre el toque cinematográfico del juego: Muchas de las fases tienen situaciones en las que no nos limitaremos a saltar de plataforma en plataforma, si no que tendremos que enfrentarnos a enormes enemigos a base de Quick Time Events, o se nos destruirá el terreno de alguna forma, o algún personaje intentará entorpecernos el progreso... Siempre hay algo manteniendo la acción al máximo, pero cuando parece que llega lo más interesante se acaba el nivel. También vuelven las conversaciones de los personajes, tanto por radio como entre ellos mismos, algo que recuerda a juegos como Sonic Heroes o Sonic 06, donde se seguía desarrollando la trama en mitad de las fases y no solo en las cutscenes entre partida y partida.
En general, la jugabilidad tiene puntos muy buenos y puntos algo mediocres. El hecho de que Classic sea prácticamente un relleno innecesario o la falta de duración en las fases son lo más negativo para mi. Por otro lado, las situaciones tan impresionantes que nos encontraremos en algunas fases junto a la exploración que ofrecen las Wispons y las rutas que podemos encontrar en las fases de ambos Sonics si buscamos un poco y prestamos atención son un punto muy a favor. Poniéndonos algo más técnicos hay que mencionar que las físicas son algo raras también, teniendo Avatar una aceleración bastante irregular, y siendo los saltos (en especial en las secciones 2D, con los tres personajes) algo difíciles para los novatos, ya que a veces de la sensación de que se queden más cortos de lo que uno espera, mientras que en otras situaciones recorren una distancia mucho mayor de la calculada. Claro, nada de esto es algo a lo que no se pueda acostumbrar, y en unas pocas partidas dejaremos de tener problemas, por lo que no queda más que en algo a mencionar simplemente.
Como en todo título del erizo también hay que hablar por supuesto de la banda sonora, y en este juego Tomoya Ohtani junto al resto de compositores con los que ha participado se han lucido. De forma similar a lo que ocurría en Sonic Adventure 2, cada personaje tendrá su propio estilo musical, con temas de rock rápido y sintetizadores para Sonic moderno y los Tag Team, chiptune para Sonic clásico intentando imitar sonidos de la era Mega Drive, y temas tipo eurodance con letra cantada (otra cosa que vuelve de comienzos de los 2000, los temas vocales) para Avatar. Una vez más la parte más pobre se la lleva el Sonic clásico, con temas muy poco memorables a excepción de un par de ellos que me gustan algo más, pero que aún así palidecen ante las composiciones de Sonic moderno y las canciones de Avatar.
Además, tenemos también toques de dubstep en algunas ocasiones, sobretodo pero no limitado a jefes finales. Algunos podrían pensar que dubstep en Sonic es algo que no encaja muy bien, pero el caso es que no desentona en absoluto con el resto de la OST, y quedan bastante bien incluso. Para las cutscenes también se incluyen temas orquestales con un toque militar que refleja muy bien la cruda situación que nos presenta este juego. Después de todo, el juego se desarrolla en una guerra de proporciones mundiales.
Cabe mencionar antes de cerrar el análisis la presencia de Episode Shadow, un DLC gratuito ya disponible para todos los usuarios y que por favor, tenéis que jugar. En él podremos manejar por primera vez en años a Shadow, en tres niveles exclusivos que actuarán de precuela al juego principal (eso sí, esperad a pasaros el juego para jugarlo para no spoilearos nada). Una vez pasados, Shadow será desbloqueado para ser usado como personaje jugable en las fases de Sonic moderno. Esto es algo que ya pedimos hace seis años en Generations y que por fin se nos ha otorgado. Jugablemente, Shadow es prácticamente un clon de Sonic moderno, con el añadido de poder hacer una especie de Light Dash entre enemigos sin necesidad del Wispon relámpago (más o menos como pasaba en fases como Honeycomb Highway en Sonic Lost World). La banda sonora de Episode Shadow sigue la misma estela que la del juego principal en el estilo, pero esta vez son remixes de temas de juegos anteriores, concretamente Sonic Adventure 2 y Shadow The Hedgehog.
Sonic Forces es una experiencia corta, pero muy intensa de principio a fin. Tiene sus problemas en ciertos aspectos, pero también tiene muchas virtudes. La historia es la mejor que ha dado la saga principal en cerca de una década, la banda sonora es genial, las nuevas mecánicas jugables como el Avatar son de lo mejor del juego... pero la falta de premios para el jugador por recoger todos los coleccionables, o la poca duración de los niveles hacen que este juego más que correcto tenga el mayor problema que puedo encontrarle: Te deja con ganas de más antes de llegar a satisfacerte del todo. No es mal juego en absoluto, y lo vais a disfrutar, pero os va a dejar con ganas de más. Y con esa sensación entramos en el periódo de espera e incertidumbre hasta que el Sonic Team esté listo para enseñarnos su próximo trabajo.
NOTA: 7.5
La espera por fin ha terminado. Cuatro años han pasado desde el último título principal de la saga (si no contamos Sonic Mania como principal, claro), algo que no pasaba desde los noventa. ¿Ha merecido la pena la espera para el nuevo gran título del Sonic Team?
Sonic Forces nos presenta una vuelta a la jugabilidad boost introducida en 2008 por Sonic Unleashed, junto a una historia más seria y oscura, algo que no se veía en la saga desde 2009 con Sonic y el Caballero Negro. A esta mezcla le tenemos que añadir una dosis de Sonic Clásico, y un componente totalmente nuevo basado en la edición de nuestro propio protagonista. Vamos por partes para ver como es el resultado de esta receta que ha usado el Sonic Team.
La historia nos sitúa en un mundo en el que Sonic ha sido derrotado, y los demás personajes han tenido que formar una resistencia para luchar por lo poco que queda de mundo sin conquistar por Eggman. Sonic Clásico aparece en la lucha continuando directamente desde Mania (muy recomendable jugar ese juego antes de entrar a Forces, ya que las tramas están conectadas), y un nuevo recluta, el "novato" como le llaman, que se une a la resistencia tras sobrevivir uno de los ataques más fuertes de Eggman a su ciudad.
Con esta trama el Sonic Team ha querido claramente volver a una época más cercana a los comienzos de la década de los 2000, con un tono mucho más serio (no por ello malo, y tiene sus puntos cómicos y desenfadados para dar un respiro de vez en cuando) y con muchos personajes en lugar de limitar la acción a Sonic y Tails. Sin duda es un cambio importante después de tantas historias seguidas en un tono más infantil y un desarrollo más simple. Como única pega, diría que algunos puntos bastante importantes de la trama se dejan fuera del propio juego. Para entender las intenciones completas de Infinite (el nuevo villano del juego) o por qué Silver ha regresado de su futuro tendremos que ver los cómics gratuitos que el Sonic Team lanzó previos al lanzamiento del juego. Aún con eso, la historia hará las delicias de aquellos fans que echaban en falta las historias del erizo de hace unos años, en las que todo tenía una seriedad y una escala mayor.
Los gráficos son otro de los puntos más fuertes del juego. Corre a 60 fps en las versiones de PS4, Xbox One y PC y 30 fps en Switch y llegando a mostrarse a resolución 4K en PS4 Pro y Xbox One X. Sonic Forces usa un nuevo motor llamado Hedgehog Engine 2, versión mejorada del motor usado en Unleashed, Generations y Lost World. Los personajes se ven de lujo con unos modelados y animaciones muy buenos, y el juego goza también de los mejores efectos de luces que ha habido en la saga hasta ahora.
Los escenarios son sin duda lo que mejor parado sale de este motor gráfico, con una iluminación preciosa y detalles en cada esquina. En esto también influye la dirección tan cinematográfica que el juego ha perseguido (más sobre esto cuando hablemos de la jugabilidad). Mientras vas corriendo por los niveles siempre habrá algo de lo que estar pendiente, como una batalla de flotas de naves enteras, misiles cayendo del cielo, robots Death Egg destruyendo edificios, e incluso personajes interactuando contigo mismo.
Pasando a lo que el juego ofrece jugablemente, nos encontramos con el primer título en años en tener más de dos estilos jugables dentro de sí mismo, otro elemento más sacado de la era de los 2000.
Con Sonic moderno tenemos la jugabilidad boost que conocemos desde 2008, con algunos refinamientos para hacerla aún más fluída de lo que era antes. Esto también trae consigo algunos problemas, como la abundancia de pasillos en los que la mayor parte de las veces nos limitaremos a apretar el turbo y arrasar con lo que tenemos delante sin preocuparnos demasiado, o una gran cantidad de zonas 2D centradas más en plataformeo hecho a base de bloques genéricos, algo de lo que ya pecaba Sonic Colours y que aquí, aunque en menor medida, también ocurre. Dicho esto, el juego no tarda empezar a exigir algo más de habilidad por parte del jugador si quiere explorar. Si alguien quiere simplemente disfrutar corriendo a tope y arransando enemigos de adorno, puede hacerlo, pero el juego ofrece multitud de caminos alternativos en la mayoría de fases (sobretodo conforme más avanzas), llegando a tener algunas de las fases más abiertas que se han visto en la saga en años.
Sonic clásico por su parte nos ofrece como era de esperar algo enteramente 2D en términos jugables, prácticamente idéntico a lo que se vió en Generations pero con la adición de alguna novedad mínima como el Drop Dash de Sonic Mania. Más allá de esto, si habéis jugado a Generations sabréis lo que esperar. Por desgracia, aunque se le parece, no llega a Generations en el nivel de profundidad que ofrece esta vez, dando la sensación de que esta parte del juego ha sido más bien un añadido de última hora queriendo atraer la atención de aquellas personas que no han querido saltar a la era 3D de la saga en su día. Esto es también apoyado por la falta de importancia de Classic en la trama, aunque no hablaremos mucho sobre esto para evitar spoilers. En general, la presencia del erizo rechoncho en el título, aunque cumple, no consigue más que dejar una sensación de que "sobra".
El tercer estilo jugable es sin duda donde la mayor parte de esfuerzo y dedicación fueron a parar, y es que el Avatar es el principal punto fuerte del juego. Además de los dos Sonic, podremos manejar a un nuevo personaje con la peculiaridad de que lo diseñamos nosotros mismos, eligiendo una de las siete posibles especies animales (a elegir entre erizo, perro, gato, oso, pájaro, lobo o conejo) y cerca de 1000 piezas de ropa, peinados y accesorios (que iremos desbloqueando conforme avancemos, no todo está desde el principio).
Jugablemente es parecido a Sonic moderno, pero sin el turbo y con algunos cambios pequeños. Por ejemplo, el ataque teledirigido es más lento. Pensad en como se diferencian jugablemente Sonic y Shadow en Sonic 06. Además de esto cuenta con un gancho para balancearse en ciertos puntos de los niveles, y como atracción principal tenemos los Wispons, esto es, armas que podremos equiparnos y que además podremos potenciar con Wisps repartidos por las fases. Por ejemplo, usando el Wispon de relámpago podremos atacar a nuestros enemigos con un látigo eléctrico usando el gatillo derecho, y si recogemos un Wisp de relámpago podremos hacer además un Light Dash a través de cadenas tanto de anillos como de enemigos. Esto le da un factor estratégico al juego a la vez que potencia la rejugabilidad, ya que solo podemos equiparnos una Wispon en cada fase. Si tenemos el Wispon relámpago y hay una ruta en la que necesitamos el Wispon ardor, tendremos que repetir la fase más tarde con ese otro arma para explorarla. Personalmente, Avatar ha sido una grata sorpresa, siendo probablemente mi parte favorita del juego, rivalizando con el propio Sonic moderno.
Además de estos tres estilos, tenemos un cuarto llamado Tag Team. En estas fases manejaremos a la vez a Sonic moderno y al Avatar como si de Sonic Heroes o Sonic Advance 3 se tratase. Podremos usar las virtudes de ambos personajes al mismo tiempo, arrasando enemigos con el turbo de Sonic y descubriendo nuevas rutas con las Wispon del Avatar. Más allá de eso no ofrece nada nuevo, a excepción del Doble Turbo, secciones automáticas en las que ambos personajes realizan un turbo super potente.
La duración del juego es bastante reducida si solo queremos ver la historia principal. Cuenta con 30 fases, jefes incluídos, que por desgracia acaban sabiendo a poco ya que la duración de las mismas es bastante escasa. La mayoría pueden acabarse en menos de 2 minutos si tienes algo de experiencia en este tipo de juegos de Sonic de antemano. Este es uno de los grandes problemas del juego, ya que muchos níveles nos presentan situaciones geniales y hasta emocionantes, que terminan abruptamente antes de que puedas llegar a saborearlas del todo. Claro, hay contenido extra para aumentar la duración del juego: Fases secretas con mecánicas diferentes a las explotadas en las principales, coleccionables como los ya conocidos Anillos Estrella Roja, o el DLC gratuito de Episode Shadow, pero aún así el juego puede acabar relativamente rápido y dejándonos con ganas de más en lugar de satisfacer lo que él mismo parece ofrecernos.
Aquí vuelve de nuevo lo que antes mencioné sobre el toque cinematográfico del juego: Muchas de las fases tienen situaciones en las que no nos limitaremos a saltar de plataforma en plataforma, si no que tendremos que enfrentarnos a enormes enemigos a base de Quick Time Events, o se nos destruirá el terreno de alguna forma, o algún personaje intentará entorpecernos el progreso... Siempre hay algo manteniendo la acción al máximo, pero cuando parece que llega lo más interesante se acaba el nivel. También vuelven las conversaciones de los personajes, tanto por radio como entre ellos mismos, algo que recuerda a juegos como Sonic Heroes o Sonic 06, donde se seguía desarrollando la trama en mitad de las fases y no solo en las cutscenes entre partida y partida.
En general, la jugabilidad tiene puntos muy buenos y puntos algo mediocres. El hecho de que Classic sea prácticamente un relleno innecesario o la falta de duración en las fases son lo más negativo para mi. Por otro lado, las situaciones tan impresionantes que nos encontraremos en algunas fases junto a la exploración que ofrecen las Wispons y las rutas que podemos encontrar en las fases de ambos Sonics si buscamos un poco y prestamos atención son un punto muy a favor. Poniéndonos algo más técnicos hay que mencionar que las físicas son algo raras también, teniendo Avatar una aceleración bastante irregular, y siendo los saltos (en especial en las secciones 2D, con los tres personajes) algo difíciles para los novatos, ya que a veces de la sensación de que se queden más cortos de lo que uno espera, mientras que en otras situaciones recorren una distancia mucho mayor de la calculada. Claro, nada de esto es algo a lo que no se pueda acostumbrar, y en unas pocas partidas dejaremos de tener problemas, por lo que no queda más que en algo a mencionar simplemente.
Como en todo título del erizo también hay que hablar por supuesto de la banda sonora, y en este juego Tomoya Ohtani junto al resto de compositores con los que ha participado se han lucido. De forma similar a lo que ocurría en Sonic Adventure 2, cada personaje tendrá su propio estilo musical, con temas de rock rápido y sintetizadores para Sonic moderno y los Tag Team, chiptune para Sonic clásico intentando imitar sonidos de la era Mega Drive, y temas tipo eurodance con letra cantada (otra cosa que vuelve de comienzos de los 2000, los temas vocales) para Avatar. Una vez más la parte más pobre se la lleva el Sonic clásico, con temas muy poco memorables a excepción de un par de ellos que me gustan algo más, pero que aún así palidecen ante las composiciones de Sonic moderno y las canciones de Avatar.
Además, tenemos también toques de dubstep en algunas ocasiones, sobretodo pero no limitado a jefes finales. Algunos podrían pensar que dubstep en Sonic es algo que no encaja muy bien, pero el caso es que no desentona en absoluto con el resto de la OST, y quedan bastante bien incluso. Para las cutscenes también se incluyen temas orquestales con un toque militar que refleja muy bien la cruda situación que nos presenta este juego. Después de todo, el juego se desarrolla en una guerra de proporciones mundiales.
Cabe mencionar antes de cerrar el análisis la presencia de Episode Shadow, un DLC gratuito ya disponible para todos los usuarios y que por favor, tenéis que jugar. En él podremos manejar por primera vez en años a Shadow, en tres niveles exclusivos que actuarán de precuela al juego principal (eso sí, esperad a pasaros el juego para jugarlo para no spoilearos nada). Una vez pasados, Shadow será desbloqueado para ser usado como personaje jugable en las fases de Sonic moderno. Esto es algo que ya pedimos hace seis años en Generations y que por fin se nos ha otorgado. Jugablemente, Shadow es prácticamente un clon de Sonic moderno, con el añadido de poder hacer una especie de Light Dash entre enemigos sin necesidad del Wispon relámpago (más o menos como pasaba en fases como Honeycomb Highway en Sonic Lost World). La banda sonora de Episode Shadow sigue la misma estela que la del juego principal en el estilo, pero esta vez son remixes de temas de juegos anteriores, concretamente Sonic Adventure 2 y Shadow The Hedgehog.
Sonic Forces es una experiencia corta, pero muy intensa de principio a fin. Tiene sus problemas en ciertos aspectos, pero también tiene muchas virtudes. La historia es la mejor que ha dado la saga principal en cerca de una década, la banda sonora es genial, las nuevas mecánicas jugables como el Avatar son de lo mejor del juego... pero la falta de premios para el jugador por recoger todos los coleccionables, o la poca duración de los niveles hacen que este juego más que correcto tenga el mayor problema que puedo encontrarle: Te deja con ganas de más antes de llegar a satisfacerte del todo. No es mal juego en absoluto, y lo vais a disfrutar, pero os va a dejar con ganas de más. Y con esa sensación entramos en el periódo de espera e incertidumbre hasta que el Sonic Team esté listo para enseñarnos su próximo trabajo.
NOTA: 7.5