Opinión: ¡Que viene el lobo!



¿Hasta cuando les durará el cuento?

Érase una vez un pequeño pastor llamado Pedro que se pasaba el día llevando a su rebaño por donde a él le parecía que estaban los mejores prados, pero tal labor era algo repetitiva, y de vez en cuando el pastor decidía divertirse un poco a costa de sus vecinos. Para ello empezaba a gritar “¡Que viene el lobo!” y así toda la gente del pueblo corría espantada a sus casas para no ser devorada.

Esto le hacía mucha gracia al pastor, por lo que empezó a repetirlo cada vez más hasta que un día los vecinos del pueblo decidieron ignorar sus gritos. ¿Y qué pasó? Que un día el lobo vino de verdad y nadie escuchó las advertencias de Pedro, con lo cuál el lobo dio un buen festín.

Ya llevamos muchos años inmersos en una continua campaña de odio hacía Sonic que se traduce en una lluvia de palos a casi cada juego que sale a la venta, los viejos y ridículos rencores se suman a lo lucrativo que es lanzar mierda sobre alguna franquicia famosa. Cuanto más injustificado sea el ataque, mayor será la respuesta de los fans, más peleas habrá en los comentarios, y más ingresos por publicidad habrá para la web, canal, o revista que lo haga.

Sin embargo en el pueblo no solo habitan borregos que siguen fielmente las indicaciones del pastor que los guía, también habitan personas con criterio propio que empiezan a darse cuenta de que los gritos de alerta sobre la proximidad del lobo son básicamente una tomadura de pelo.

En mayor o menor medida , el baño de odio está siempre garantizado.

El año que viene se cumplirá el décimo aniversario de Sonic Unleashed, el juego de Sonic con el mayor presupuesto hasta la fecha. Con él Sega quería enmendar lo acontecido con Sonic 2006, y no tuvo reparos a la hora de invertir recursos en el juego. Hasta el punto de que incluso crearon un motor gráfico tremendamente avanzado para su tiempo, el Hedgehog Engine.

Pero ya todos sabemos lo que pasó, ver a Sonic convertido en lobo era motivo más que de sobra para que odio y la bilis inundase las redes, dando comienzo así a la mayor campaña de desprestigio que jamás haya tenido que sufrir una saga de videojuegos.

Curiosamente hace poco hemos sabido que algunos de los desarrolladores que trabajaron en Sonic Unleashed acabaron marchándose de Sega, hasta el punto de que algunos han acabado trabajando en Super Mario Odyssey, lo que de paso explica muchas cosas… No se conocen los motivos exactos de su marcha, pero ver como entierran tu trabajo en estiércol y bilis solo porque “viene el lobo” debe ser cuanto menos frustrante.

Sin embargo en todos estos años la gente ha ido probando el juego, y dándose cuenta de que a lo mejor no era tan malo como decían. Colors, Generations, y Forces son directamente hijos suyos, aunque todos ellos con menor presupuesto. Y puede que no todos sean obras maestras, pero ni mucho menos se merecen el ensañamiento con el que suelen ser recibidos.

Ahora se comprende mejor por qué Mario Odyssey es “tan Sonic”…

Pero pasa que los juegos de Sonic son algo que siempre está ahí, algo que a lo mejor te encuentras en una cesta de juegos usados por un precio irrisorio, y que tu hambre de plataformas te empuja a comprar por mucho que hayas oído hablar mal de él, aunque sea para ponérselo al crío y juegue a algo más luminoso que el Call of Duty.

Así mucha gente no habitual de Sonic ha ido probando por si mismos juego tras juego del erizo, y llegando a las respectivas conclusiones lógicas. No dejo de encontrarme gente que me dice “Ah pues aquel juego de Sonic al que tantos palos le dieron, no estaba tan mal. Lo compré por curiosidad y me gustó mucho”. Esto es algo aplicable a todos los Sonic que han sido recibidos con palos y piedras en los últimos años (si, hasta Rise of Lyric).

Cada vez más gente aprende que no hay que escuchar las mentiras del pastor de ovejas que se cree con derecho de decirnos lo que debemos hacer como si fuésemos parte de su rebaño. Casi es preferible arriesgarse a que venga el lobo de verdad y comprobar por nosotros mismos si es tan fiero como lo pintan, a creernos sin más lo que grita el mentiroso pastor.

Es aquí cuando Pedro debería parar si pretende seguir teniendo un mínimo de credibilidad. Sin embargo no solo no deja de gritar que viene el lobo, si no que cada vez va a peor diciendo que viene el oso, el cocodrilo, o el tiranosaurio. Con lo cuál su llamada es cada vez menos relevante para más y más gente.

A lo mejor no es tan fiero el lobo como lo pintan…

¿Y que pasará el día que ya nadie escuche los gritos de alerta del pastor? Pues que nadie visitará ya su medio y se verá obligado a cerrarlo por falta de ingresos por publicidad. Así que ya sabes amigo Pedro el pastor, sigue gritando desesperadamente que viene el lobo, cada vez más alto y con más bilis y odio. Veras que bien cuando ya nadie escuche tus gritos de advertencia y el lobo venga de verdad para darse un buen festín contigo.


Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.