Opinión: ¿Qué son los videojuegos?



Todos los usamos, ¿pero sabemos realmente qué son?

Hace unos meses, un buen amigo mío que trabaja en Game me contó una curiosa anécdota que le ocurrió un día mientras trabajaba. Según parece un señor de edad avanzada entro a la tienda y ni corto ni perezoso se acerco a él y le dijo “Explícame los videojuegos”. Este señor pretendía que se le explicase qué era eso de los videojuegos, y que se le dijesen en qué consistían. Amablemente se le intentó explicar qué eran, aunque quizá no sea tan fácil de contar como creemos. Todos tenemos ya más o menos asumido qué son, pero contárselo a alguien que no tiene ni idea sobre ellos no es tan sencillo.

Para empezar su propio nombre indica muy bien lo que son desde sus orígenes: “Video” “Juegos”. Los juegos han existido desde siempre, formas de entretenimiento regidas por unas normas preestablecidas que suelen proponer superar algún tipo de reto generalmente con el espíritu de competir contra algo o alguien a fin de hallar la reconfortante sensación de superar nuestros límites, o de derrotar a un semejante. Lo de “video” está aun más claro, ya que un videojuego requiere de una pantalla de algún tipo para ser mostrado. Hasta aquí todo bien ¿no?

La cosa es que esta definición básica estaba muy bien en los primeros años de los videojuegos, cuando los primeros títulos ofrecían retos sencillos limitados por el hardware de la época. Si no sois demasiado jóvenes, quizá recordéis aquellas maquinitas que ofrecían alguna clase de reto sencillo pero sin ningún tipo de tecnología digital de por medio. Por ejemplo aquellas maquinas que estaban llenas de agua y que al pulsar un botón generaban una corriente de aire que movía pequeños objetos dentro de una especie de diminuta pecera, generalmente eran pequeñas anillas de colores que tratábamos de encajar en sus correspondientes huecos a base de generar corrientes de agua apretando el botoncito.

Un “juego” sin “video”.

O aquella especie de mini-futbolines con pequeñas bolitas metálicas que debíamos encajar en agujeritos repartidos por la representación de un campo de futbol o de otro deporte similar. Puede que no tengáis ni pajolera idea de qué estoy hablando si sois demasiado jóvenes, pero seguro que los viejos pinballs si los conocéis, aunque solamente sea por su estrecha relación con Sonic. Este tipo de “juegos mecánicos” son el predecesor del videojuego, y entendiéndolos, se entiende mejor por qué los primeros videojuegos eran como eran.

Sin embargo con el paso de los años los videojuegos se han ido volviendo cada vez más y más complejos, empezaron a ofrecer una trama, un desarrollo, diferentes niveles, distintos retos dentro de un mismo juego, añadieron música y sonidos cada vez más avanzados, aumentaron la complejidad de los controles, etc. Hoy en día ya no es tan fácil explicar qué es un videojuego, básicamente porque se ha convertido en algo muy complejo que deja en pañales otros medios como el cine o la televisión.

Ningún otro medio de entretenimiento ofrece tal variedad de propuestas para divertirse, ningún otro abarca tantos campos diferentes. Tenemos juegos deportivos, musicales, cinematográficos, educativos, estratégicos, de rol, y así un largo etcétera. Prácticamente cualquier cosa del mundo se puede representar en un videojuego, por lo que estos están cada vez más cercanos a ofrece una realidad virtual, y más alejados de lo que ese concepto original de “videojuego” venía a querer decir.

¿Hasta dónde llegarán los videojuegos?

Tratar de explicarle a alguien que no sabe nada acerca de todo esto, qué son hoy en día los videojuegos, es harto difícil. Porque es un mundo tan basto, complejo, y variado, que no es algo que se pueda contar fácilmente en resumidas palabras. Muchos de vosotros, que sois más jóvenes, no habéis conocido el mundo antes de que los videojuegos se volviesen así de complejos. Pero los más viejos no podemos dejar de sorprendernos de cómo ha cambiado este mundillo en apenas unas décadas.

Los videojuegos están eclipsando cualquier otra forma de entretenimiento tecnológico, y es que recogen en sí mismos todos los demás medios de entretenimiento. El cine, la música, el deporte… Todo eso forma parte de los videojuegos. Es como si el videojuego fuese la cima del entretenimiento, y una vez alcanzada esa cima se abre la puerta de la realidad virtual, algo que se lleva tratando de introducir desde hace décadas pero para lo que la gente parece no estar preparada. En ese limbo entre la cima del entretenimiento, y la realidad virtual, es donde están los videojuegos.

En un videojuego puedes asumir otro rol, otro papel, meterte de lleno en una historia épica dentro de un mundo fantástico. Puedes conducir ese coche de ensueño que sabes que probablemente nunca puedas conducir de verdad. Puedes ganar la Copa del Mundo de futbol con tu selección, o medallas de oro en los Juegos Olímpicos. Puedes hacer miles de cosas, no con la misma intensidad que supone vivirlas de verdad, claro. Pero si vivirlas a pequeña escala.

¿Y qué pasará en el futuro? ¿Daremos finalmente el salto del videojuego a la realidad virtual? Si lo hacemos romperemos esa barrera que hace que vivir algo en un videojuego no sea igual a vivirlo en la realidad. Si la tecnología llega a tal punto que no podamos distinguir entre realidad, y realidad virtual, ¿qué pasará? Y viendo el avance de la tecnología, es solo cuestión de tiempo que esto ocurra. Tarde o temprano la gente vencerá sus miedos y dará el salto. Lo que ocurrirá entonces, tan solo se puede tratar de imaginar o calcular.

Así jugaremos en City Escape en el Sonic Generations del 40 aniversario.

Tendemos a pensar que el videojuego no es más que un divertimento como cualquier otro, pero lo cierto es que cada vez dejamos más atrás el videojuego y nos acercamos más a la posibilidad de crear nuestros propios mundos virtuales. ¿Será esa la cima de la civilización? ¿Es ese el objetivo final de toda civilización? ¿Crear otros mundos? A saber si eso no se ha hecho ya y resulta que ya vivimos en una realidad virtual, pero eso es otro tema demasiado complejo como para explicarlo aquí.

Sea como sea y sin perdernos en cosas abstractas, el mundo del videojuego evoluciona día a día y cada vez se hace más difícil explicar lo que es. Podéis hacer vosotros mismos la prueba si queréis, pues es difícil, pero no imposible. Si dais con una forma sencilla y rápida de explicarlo, os vendrá muy bien si algún día trabajáis en una tienda de videojuegos y un señor extraño se os acerca y os dice que le expliquéis qué demonios es todo este galimatías.


Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Sonic Paradise.