El Museo: Sonic The Hedgehog Bank 1993
Ahora podemos ahorrar para más merch aún, ¡yuju!
¡Bienvenidos todos otra vez como debe ser a una nueva
entrega del museo de Sonic Paradise! Esta semana ya era hora de poner algo más
extraño por aquí, ¿no?
Esta semana os traemos una pieza de coleccionista que pocos conocen. ¡El Sonic The Hedgehog Bank! Aunque por este nombre podríamos confundirnos, ya que hay varios, el que analizaremos ahora es el americano de 1993, creado por Happiness Express.
Para empezar, ¿qué son estos “Banks”? Pues como su nombre indica, “bancos”, huchas más bien. Se pueden considerar estatuas o figuras más que huchas, ya que pocas personas las querrán tener para darles esa utilidad.
Pasemos a ver la hucha en si. El diseño es un poco… extraño. La idea es ver a Sonic clásico, sentado en un… en una… Nadie sabe qué es eso a ciencia cierta. Me gustaría deciros si está sonriendo o no, pero es extraño, por alguna razón, aunque la boca parece sonreir, la expresión resultante no es del todo alegre, es una expresión un tanto indefinida.
En líneas generales, la figura está bastante bien. Peca de tener un diseño excesívamente americanizado, pero es una buena pieza de colección, y más para el año del que estamos hablando. Pero eso no quiere decir que sea perfecta, y como siempre, vamos a enseñar los defectos que tiene. Lo primero que llama a los ojos es sin duda la cosa gris en la que se sienta Sonic. No, en serio, ¿qué es?
Es una figura hexagonal, gris, sin ninguna otra interpretación clara. ¿Es una piedra? Por la forma podría ser una tuerca como las de Metropolis Zone, pero claro, no hay agujero. Y bueno. Se que muchos lo habéis pensado. ¿La cara de mala leche de Sonic y sus brazos cruzados serán causados por un ataque de estreñimiento? El caso es que nunca sabremos exactamente que es, así que podéis darle la interpretación que queráis.
Realmente el mayor problema de esta pieza de coleccionismo son sus púas. Si amigos. ¿Recordáis las figuras con el Síndrome de las Púas Motosierra (SPM)? Bien, pues esto también lo sufre por desgracia.
Si eliminamos ese pequeño e insignificante detalle de nuestras cabezas el resto de fallos son mucho más mínimos, errores que sobretodo para la época no son demasiado graves, y no empañan la calidad del producto. Una mano más grande que otra, nariz redonda en lugar de alargada, unas orejas demasiado largas que tocan las púas… Son cosas que están ahí, pero no molestan, sobretodo al estar en la estantería, que es donde estará siempre prácticamente.
Y bueno, vosotros diréis, “¿Y si es una hucha, como le meto yo los Ringsdigo las monedas?” Buena pregunta. Estuve dándole vueltas al aparato un rato hasta que pude descubrirlo, pero lo conseguí. Entre dos de las púas de arriba, escondida. Ahí está la rajita de la hucha. ¿Lo bueno? Si la quieres tener como estatua, no se nota, pero por desgracia esto también hace que si la usas como hucha tengas que estar abriendo las púas, con miedo de romperlas (Este material no se rompe así, pero vamos, la sensación la tienes), y encima necesitas dos manos para ello. ¿Cómo metes las monedas si estás abriendo las púas? Por si fuera poco, al estar tan apretado corres el riesgo de rayar la figura con las monedas.
Como toda hucha, también debe tener un agujero para sacar las monedas, si no, de poco nos sirve. La parte de abajo está completamente pintada de azul, quedando un poco cutre, pero una vez más, al tenerla como figura no es algo que moleste. La tapa es muy, muy dificil de quitar la primera vez. Si alguien va a comprar una nueva, que no intente abrirla con los dedos o es posible que los pierda. Sin embargo, y como es lógico, después de haberla quitado un par de veces se afloja, y es perfectamente cómodo quitarla con los dedos. Por dentro poco hay que decir, es una hucha, es hueca, ¿alguien esperaba alguna otra cosa?
En resumen, no la usaré como hucha, tenedla como figura. Si queréis una hucha, compraos un cerdito. Si la queréis por coleccionismo, como un servidor, sin duda es una respetable pieza para vuestra estánteria o vitrina, con una calidad más que aceptable. Eso sí, por desgracia no os puedo decir que sea fácil hacerse con una. Nunca sabes a qué precio puedes encontrarte con una. Lo normal es qué aunque sea raro de ver, un objeto concreto tenga un precio medio, por ejemplo la figura del 15 aniversario que daban con el Sonic The Hedgehog 2006, aún siendo rara de ver, el precio suele ser entre 70 y 100 euros. En este caso no. Lo mismo puedes ver una de estás huchas por 10 euros, que te pueden querer clavar 150, es totalmente aleatorio.
Pero bueno, ya hemos hablado suficiente por esta vez, hay una gran cantidad de huchas por ahí, y espero ir podiendo traéroslas poco a poco. Por el momento, os dejo que sigáis esperando con ganas el Summer of Sonic y el Sonic Boom, que son dentro de nada, y en un par de semanas volveré con otro árticulo más que espero que os guste tanto como siempre. ¡Hasta la próxima!